Opinión

Reflexión ¿De quién?

Y es que las continuas apelaciones del Sr. Alcalde de Cintruénigo a los demás grupos municipales sí que precisan de una profunda reflexión.

“Vds. deben reflexionar…” “les animo a que reflexionen…”, o la más socorrida, de “yo les invito a una reflexión”. Y así, pleno tras pleno, y siempre que algún grupo se manifiesta en sentido contrario al superior criterio del Sr. Alcalde. A continuación, nos fulmina con una de sus habituales diatribas que, pontificando “ex cátedra” y siempre acompañado de una gesticulación pedante, nos indica el modo de proceder, dado que para él los concejales de la oposición desconocemos lo que es la vida municipal.

Primeramente decirle, ya que parece desconocerlo, que el verbo reflexionar (considerar nueva o detenidamente una cosa para reconocerla mejor) también puede conjugarse en primera persona. Lo que ocurre es que al Sr. Alcalde le gusta más que seamos otros quienes variemos nuestro pensamiento. “tendrían que ser más moderados”, “deberían pesar seriamente en cambiar su rumbo”, “deberán dar explicaciones a la ciudadanía”, etc. etc.

No sé si el grupo del Sr. Alcalde lo hace; me atrevería a decir que no. Pero en el nuestro de U.P.N. sí que analizamos los temas a tratar; sí que los discutimos antes de tomar una decisión, y sí que sopesamos sus pros y sus contras. Por lo tanto: Reflexión, sí, pero ¿de quién? Y hago esta pregunta porque en el último Pleno, por primera vez en la historia, se rechaza el presupuesto municipal. Y, de nuevo, la culpa es de otros. Siempre la culpa es de otros. Pues no es así. La culpa es de quien ha elaborado unos malos presupuestos que han sido rechazados por la mayoría municipal. La culpa es de quien tiene la responsabilidad de preparar unos presupuestos que atiendan las necesidades de Cintruénigo. La culpa es de quién no sopesa las propuestas de los otros grupos sino que las condiciona. La culpa es de quién no entiende que, a la hora de votar, también uno puede abstenerse.

¿Porqué no reflexiona sobre ello?, ¡Mire Sr. Alcalde!, yo le invito a que reflexione, es más, le animo a que lo haga. ¿a que suena bien?

Aquí el verdadero problema ha consistido en una viciada convocatoria de Pleno. El Alcalde cita a sabiendas de que esos presupuestos no cuentan con el visto bueno de la mayoría municipal. Alguien pudo “reflexionar” que ante la falta de un concejal se pueden aprobar los presupuestos con el voto de calidad. Y eso es hacer trampas. Y ¡claro! a esas alturas, todo el mundo se había olido la tostada. ¡Todo el mundo!