Opinión

¡Qué bonita es Tudela y su plaza de los Fueros!

No sabiendo cómo expresar de una forma clara y contundente el grado de incivismo, de deterioro de la convivencia, del aguante, cansancio y hartazgo de los vecinos de la calle Ugarte Dª Mª, del Paseo del Queiles y de otras zonas de la bella Tudela, paso a indicar lo que cualquiera que venga a Tudela puede ver, sentir, grabar y fotografiar cualquier día, y si además es en sábado de 1 a 5 horas, aún tendrá un mejor espectáculo si se pasea por los lugares mencionados. Se llevará un recuerdo para contar lo bella, limpia y acogedora que es Tudela y la Ribera.



No creáis que lo que explico es una excepción sino la regla y que las manchas y charcos que se pueden ver en portales, fachadas, porches y esquinas son orines de perros (que también hay algunos) sino de jóvenes incívicos (de ambos sexos) que consciente o inconscientemente, se saltan las normas más básicas e importantes de civismo y convivencia.



Tampoco creáis que no hay suficiente policía municipal, las hay y abundante que pasan con sus coches oficiales para patrullar varias veces desde la 1 hora, hasta la madrugada.



También tenemos una clara ordenanza municipal de limpieza viaria y de espacios públicos (y sobre el comportamiento cívico) con sus normas y clase de faltas y sanciones explicadas de forma clara y precisa, pero desgraciadamente sirve de muy poco, porque la autoridad ¿competente?, por la causa que sea y mediante excusas razonadas, no hace lo que debiera para evitar este desaguisado.

Lo que tenemos que soportar las noches de vísperas de fiesta es ya tan grave, en cuanto al estropicio de la convivencia, que nos sorprenden algunos foros nacionales de denuncia en internet sobre falta de civismo por hechos que aquí los calificaríamos de leves.



Ah, sólo como aclaración y no dar pie a tergiversaciones y demagogias. En Tudela tenemos inmigración, como muchos otros sitios del mundo, pero los incívicos son (en su gran mayoría) blanquitos, españolitos, en fin, de nuestra comarca (como yo).



Y luego está el repugnante y asqueroso trabajo de limpiar los orines de gente extraña, eso sí, como ya he indicado, blanquitos y de nuestra tierra. ¡Menos mal que son de gente civilizada! Y eso reconforta un poco y lo hace más llevadero.



No os lo perdáis, si además no eres capaz de limpiarlo porque te dan arcadas o porque quieres que quede constancia de esa marranada, la autoridad competente, basándose en  la ORDENANZA MUNICIPAL DE LIMPIEZA VIARIA Y DE ESPACIOS PÚBLICOS, te puede sancionar por no mantener limpia tu zona privada abierta a los lugares públicos. ¡Qué sarcasmo! Posiblemente, lo han sacado de aquella película de los hermanos Marx donde Groucho era una especie de primer Ministro.



Además de todo lo indicado, debemos de aguantar la estridente música del local de copas y el insoportable griterío (en plena calle) de sus clientes hasta las 4 e incluso las 6 de la madrugada, provocando noches de insomnio e incluso desequilibrios psicológicos de los vecinos. Si les llamas la atención, no ya cuando gritan sino cuando se están meando en tu portal o en el de al lado, se pavonean, se cachondean o, incluso, te insultan. Y si respondes, llegan a tomar actitudes y hacer comentarios amenazantes.



¡Lástima que "El Tío de la Vara" no aparezca por Tudela porque sólo le dejen andar por la tele!