Opinión

Presupuestos 2008: la mala gestión de UPN

Dice Luis Casado, ante las críticas que recibe por PSOE y Nabai, que tan mal no lo habrán hecho cuando siguen siendo mayoría tras las últimas elecciones municipales. Y es que en lo que dice nuestro alcalde hay algo que matizar, no es que UPN lo haya hecho mal, que a la vista está que lo ha hecho mal, ahí están las cuentas de la bancarrota municipal en la que estamos inmersos, sino que la oposición no ha existido durante los cuatro años anteriores de legislatura municipal.

En los cuatro años anteriores la oposición a UPN en el ayuntamiento ha brillado por su ausencia y todo ha sido un clima de buen rollito y que majos y majas somos. Y de eso, quien ha salido beneficiado, ha sido UPN que no ha tenido desgaste alguno. Es más, quien se ha desgastado han sido aquellos sectores de izquierda de Tudela, indecisos sobre el buen talante de Zapatero o lo progre de Gaspar, y han acabado como se está viendo ante la crisis de IU, totalmente inducidos por el resplandor de ZP.

Hablar de presupuestos participativos en Tudela no es un elemento que tenga demasiado peso a la hora de quitar votos o desgastar a UPN y más cuando PSN y Nabai deben explicar como hacen los presupuestos participativos en aquellas localidades donde gobiernan. Pero incluso tendríamos mucho que hablar de los presupuestos participativos de nuestra ciudad y veríamos que lo de “participativos” queda muy bien, pero que a la hora de la realidad la ciudadanía pasa y delega en lo que hagan los “políticos” que para eso están, sin importarle mucho lo que hagan con los dineros públicos. UPN es nefasta para hacer unos presupuestos ya sean participativos o no. La derecha siempre mira por el bolsillo de los que más poder tienen y en vez de repartir lo que hace es acumular lo de la mayoría para dárselo a una minoría pudiente y beneficiarla. Así lo hizo con Franco y así lo sigue haciendo ahora, en eso no han cambiado por muy demócratas que se autoproclamen ahora.

La clave de unos presupuestos de izquierdas, progresistas, está en la capacidad de movilizar, convocar, participar y unir a los sectores vivos y críticos de la ciudad para, desde la base, con el Pueblo y para el Pueblo, hacer retroceder a la derecha en sus intentos neoliberales y globalizantes, que son políticas de privatización, descenso de los servicios sociales, reducción de empleo público, modelo de desarrollo insostenible, políticas antisociales en vivienda e inmigración, falta de apoyo a la cultura popular navarra en detrimento de una cultura importada y enlatada, desvío de dinero público a empresas privadas y, sobre todo, falta de democracia participativa y de transparencia en la gestión.