Opinión

Por fin a la EXPO

Si la cita del verano, era lo que pretendía ser, se está quedando con las

ganas y ni tan siquiera está acercándose ni de lejos a las previsiones que

se presentaban. Claro está, que habría que estar a saber en realidad quien

ha generado y fomentado, la desorbitada inversión y que generará en el

bolsillo de los españoles un gran agujero por el que escapan los euros

directos al agua del río Ebro y de allí al fondo del mar, todo ello el

tiempo de crisis. (como para derroches están las arcas del Estado).

Promete ser un buen día en el que disfrutaremos de una agradable visita, y

además vamos a conseguir una visión real, aunque subjetiva de la

Exposición Internacional de Zaragoza 2008, y el día contra pronósticos de

quienes no saben disfrutar con poco, deja un poso de buen gusto en la boca

y en el recuerdo.

Las carencias son increíbles, y lo peor es que la imagen de España y de

los españoles, a mi entender y creo que al de muchos, no queda a la altura

que debería haber quedado. Los pabellones de las Comunidades Autónomas son

meros expositores de turismo, que tampoco lo hacen bien se centran en el

tema de la organización, “el agua” y pierden la esencia, el pabellón

representativo de España a parte de destrozar el cuello de los que

pretenden ver una proyección que lejos de utilizar nuevas tecnologías usa

la vieja técnica del calidoscopio. Todo ello, junto con un acuario, que si

está bien, es una pena lo poco decorado que están sus piscinas (simples

paredes de hormigón) y sobre todo lo sucio, las peceras huelen a agua

sucia, y la bella nutria “apesta”.

Pero no es eso lo más denigrante es como se apañan unos y otros para

generar un sentimiento de culpabilidad, como si fuésemos los únicos y

principales responsables de la degradación del medio ambiente en la

tierra; se nos presenta en muchos lugares de la Expo, pero como colofón en

el espectáculo, “El Iceberg” se recrea en mostrar una sociedad degradada

y degradante, nos culpa a los consumistas, y se muestra en la sede del

consumo y del hormigón, y sin embargo, no se aporta ni una simple

solución, presenta un mundo destrozado, y desastroso, solamente nos culpa

de la degradación y destrucción del planeta, pero no da soluciones, no

presenta el reciclaje, el esfuerzo que algunos hacen para preservar el

declive del mundo; presentar a los que trabajan por limpiar el mundo, por

conservarlo como luchadores por la vida, sería mejor que humillar a los

que viven en una vida en una rueda de consumo que no es sencillo frenar.