Opinión

Patrimonio eclesiástico

Andan a la gresca el Arzobispado de Pamplona y Tudela y la denominada “Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro” a raiz de un cambio en la Ley Hipotecaria de 1998 que está, de hecho, permitiendo que la Iglesia inscriba en el Registro de la Propiedad como suyas heredades popularmente públicas como son Iglesias, Ermitas, Cementerios y lugares de culto religioso y folklórico, dispersados por todo el territorio foral y que tradicionalmente se han considerado patrimonio de cada pueblo.

Esta plataforma ha logrado la adhesión de más de 100 Ayuntamientos y Concejos navarros que están plantando cara al Arzobispo, Monseñor Francisco Pérez González, que, siguiendo la doctrina de Fernando Sebastián, está tomando como suyo este haber. En nuestra zona son pocos los que se han interesado en la materia, aunque ejemplos de abusos tenemos unos cuantos: El Ayuntamiento de Tudela acordó en noviembre pasado pagar una auténtica barbaridad por la Iglesia de San Nicolás, joya románica del siglo XII que se está cayendo, cuando, sin lugar a dudas, se trataba de un terreno de propiedad comunal... Sólo hay que buscar un poco en los archivos. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Cascante, en sesión del 11 de Julio de 1684, acordó reconstruir el templo de la Virgen del Romero por 12.000 ducados y ahora, si no espabilan, pues llegará Hacienda, esta vez la Eclesiástica, y le hará pagar de segundas por algo que, en todo derecho, ya le es propio. Pero esto es lo que hay, y así se las gastan en esa Iglesia de Dios que ahora está tan en boga, que además de seguir adoctrinándonos con la asignatura de Religión en las escuelas, impidiendo toda Educación para la Ciudadanía, pretende que sigamos pagando sus ciutas vía Estado y vía Patrimonio. ¡Como Iglesia somos todos!