Opinión

Nuestros separatistas

Los lazos históricos, culturales y económicos entre las distintas autonomías entre sí, con el resto de España, son más fuertes que los “hechos diferenciales”. En Europa, en cada desplazamiento de 200 kilómetros en cualquier dirección, nos encontramos con especificidades culturales,

gastronómicas, etc.



Los independentistas interpretan torticeramente nuestra historia, cualquier sentimiento español lo tildan de franquista. La izquierda ha cooperado en ello, presentando a los separatistas como progresistas y representando a la República como benéfica, derrotada por la maldad de unos pocos militares que ganaron equivocadamente la guerra, y presentando al franquismo, como

el causante de todos nuestros males.



En este contexto la defensa de España ha sido débil. La Constitución se releyó a favor del independentismo, necesitándolos para dar estabilidad

a los Gobierno centrales, se fue más allá de lo previsto. Transfiriendo más competencias de las que soñaron en principio los nacionalistas. En ningún periodo de la historia han disfrutado de mayor autogobierno, de mayor apoyo a la lengua, a las propias instituciones que en la actualidad.



Pero todavía les parecen insuficientes. Utilizan sentimientos y emociones para ir contra el proyecto común español. El discurso separatista no tiene apoyo en la historia, vascos y catalanes han vivido en España y se han sentido españoles durante toda su historia. Los separatistas hoy necesitan escribir su historia imaginaria, que desprecie a sus paisanos por haber sido, por sentirse, españoles. Necesitamos una memoria veraz que nos oriente el presente.



Los separatistas se apoyan en lo narcisista “somos especiales y superiores”, y en el victivismo “nos oprimen, pese a ser tan buenos”. En el narcisismo reconocemos cierto racismo, presente en la Europa del XIX. Tras la II GM, el racismo se consideró inconfesable, persistiendo de manera encubierta. Hoy es ridículo, catalanes, vascos son tan mediterráneos como los demás españoles, han compartido los avatares históricos -buenos y malos- de la nación más vieja de Europa, tienen más en común entre ellos, que con los demás europeos.



Aprovechan la crisis para culpar a España y apostar por sus naciones ideales. No olvidamos que cada consenso, cada cesión, la han utilizado como punto de partida, para seguir avanzando en sus planes secesionistas. El mundo etarra (Sortu) intenta reescribir la historia, pretendiendo igualar a las víctimas de ETA, con los muertos de ella. Equiparando las víctimas justifican su pasado. Pretenden que los condenados por terrorismo ¡salgan de las cárceles! Intentan ganar cierto apoyo entre los socialistas, haciéndoles pensar que les facilitarán alianzas a medio plazo. Lo del PSC ¡es de aurora boreal! debilitan tanto al PSOE, como al resto de españoles.



Con una  balcanización de España, ellos lo tendrían más crudo. Su fanatismo y ambición les ciegan, buscan la hegemonía política, distorsionando la realidad, permanentemente obstaculizan todo proyecto común con enfrentamientos ideológicos. Permitiéndoles ocultar en casos su corrupción, o su incompetencia.



Cualquier crítica la interpretan como ataques centralistas, los separatismos pueden causarnos grandes desastres.



¡Es hora de ser valientes!

y democráticamente parar esta deriva, somos la inmensa mayoría y contamos con la razón y el derecho.