Opinión

Navarre sans peur

En el año 1997, el 5º regimiento de infantería del ejército de la república de Francia procedía a disolverse. No creo que el ejército francés note mucho la desaparición de éste regimiento de infantería, ni si quiera la mayoría de los franceses se habrán percatado de ello, es más, no habría sido merecedor de mención de no ser por el nombre del mismo: Navarre.

Antes de formar parte del ejército francés, este cuerpo militar era realmente el ejército de los reyes legítimos del Reino soberano de Navarra, situado al norte del Pirineo. El primer jefe de dicho ejército, del cual se tiene constancia desde el año 1562, fue Antonio I de Borbón, marido de la reina de Navarra, Juana III de Albret.

Para encontrar el origen de la formación de un ejército profesional en el reino de Navarra debemos remontarnos al año 1512, concretamente tras la invasión y ocupación de Navarra por parte de las tropas españolas de duque de Alba. Ese mismo año el rey de Navarra, Juan III de Albret, organiza la resistencia y prepara un ejército formado por vasco(ne)s, bearneses y gascones, sencillamente, de navarros.

Los soberanos navarros forman una alianza con el reino de Francia, buscando con ello expulsar al ejército español que ocupaban el viejo reino pirenaico. El primer intento de reconquista fue el mismo año 1512. El rey navarro prepara un gran contingente de tropas navarras, a los que se suman algunos caballeros franceses, más mercenarios alemanes y albaneses. Una parte de estas tropas navarras estaba comandada por el vizconde de Lautrec, Odet de Foix, y por el mariscal Pedro de Navarra.

En el año 1515, Francisco I de Francia prepara junto a sus aliados venecianos el asalto al Milanesado en poder de los suizos. Los 30000 hombres de armas a las órdenes del rey de Francia estaban constituidos por caballeros franceses, lansquenetes alemanes y mercenarios de los Países Bajos, pero también se encontraban tropas de su aliado el reino de Navarra bajo las órdenes de Odet de Foix, quien un año después sería nombrado gobernador del Milanesado.

Este ejército navarro aún estaba en formación en el año 1521 y era capitaneado por Andrés de Foix, señor de Asparrots, llegando incluso a liberar el Reino de Navarra con la inestimable colaboración de los navarros que soportaban la ocupación extranjera, que se sublevaron contra la tiranía española. Aunque fue por poco tiempo, ya que el señor de Asparrots licenció a la mayoría de las tropas y los navarros fueron derrotados, tras una nueva invasión, por los españoles en la batalla de Noain, donde murieron 5000 navarros.

Durante las guerras de Italia, concretamente en la batalla de Pavía del año 1525, tropas capitaneadas por Enrique II de Navarra, entran en combate junto a sus aliados franceses, enfrentándose a las tropas imperiales de Carlos I de España. Tanto el rey francés como el soberano navarro caen prisioneros en poder de las tropas del emperador español, quien se alza con la victoria en el campo de batalla. Tuvieron que pasar dos años hasta que Enrique II de Navarra consiguiera huir del cautiverio español.

En el año 1560, la reina Juana III de Albret se convierte al calvinismo y posteriormente lo introduce en el reino de Navarra. La soberana de Navarra se une a los protestantes franceses, los hugonotes, dando comienzo las denominadas guerras de religión. En el año 1562 el ejército de Navarra está totalmente organizado y su capitán general es el rey consorte, Antonio I de Borbón, el cual no ostentará mucho tiempo dicho cargo, ya que ese mismo año es apresado y asesinado en Ruán por los franceses católicos. Además el ejército navarro no llegó a entrar en combate en la primera guerra de religión.

La reina de Navarra durante la segunda guerra de religión manda a su hijo Enrique, el príncipe de Viana, que se haga cargo del ejército navarro con apenas 15 años, para socorrer la sede protestante de La Rochelle. Durante la tercera guerra de religión el ejército del reino de Navarra continúa comandado por el príncipe de Viana.

Es en el año 1573 cuando el ya rey Enrique III de Navarra fue obligado a permanecer en la corte de París, ciudad donde un año antes se había casado con Margarita de Valois. Tras la fuga del soberano navarro de la corte francesa, éste vuelve a abrazar de nuevo el protestantismo y se pone otra vez al frente del ejército navarro, consiguiendo importantes victorias, pero no definitivas, en la guerra denominada como de los tres Enriques, por la sucesión al trono francés.

Luis XIII de Francia, en el año 1620, realiza el decreto del la unión. En él, el reino de Navarra se unía de forma ilegítima al reino de Francia y con ello el ejército navarro se fusionaba coactivamente con el ejército francés. Supeditado desde entonces a mandos franceses, el ejército navarro se va transformando paulatinamente, pero durante más de un siglo sigue manteniendo la procedencia de los soldados, los cuales siguen siendo gascones, vasco(ne)s y bearneses, es decir navarros.