Hemos conocido los datos de empleo correspondientes al tercer trimestre de 2007. A diferencia del aumento registrado en el conjunto de España, Navarra ha obtenido, no creo que sea pretencioso decirlo así, unos excelentes resultados, convirtiéndose en la comunidad con la tasa de paro más baja del país. Del análisis de las cifras se desprenden algunas conclusiones:
1. Navarra consolida el pleno empleo, es decir, se encuentra por debajo del 5% de desempleo, una situación que no es nueva ya que a finales de 2006 la tasa era del 4,5% (ahora 4,38%).
2. La reducción del paro afecta a un sector especialmente sensible como es el de las mujeres, con un descenso del 29%, aunque también la cifra de paro entre los jóvenes es la más baja de España.
3. La brecha existente entre el desempleo masculino y femenino se recorta.
4. El paro industrial se sitúa en las cifras más bajas desde 1978, lo que despeja toda sospecha de crisis industrial en la Comunidad Foral a la que algunos, sin tener motivos, se agarran.
5. No sólo hay más empleo sino además en mejores condiciones, ya que la temporalidad se reduce.
Los sindicatos mayoritarios de nuestra Comunidad, prudentes y cautos en muchas ocasiones, también han valorado sin ambages los resultados. UGT ha dicho que Navarra avanza en materia de empleo “en una buena dirección” y CCOO ha destacado que “en el último año Navarra cuenta con 10.600 asalariados indefinidos más y 9.500 temporales menos”. Más allá de felicitarnos por los resultados o de excesivos triunfalismos, como algunos equivocadamente podrían interpretar, debemos tener claro que esta situación es fruto del esfuerzo de todos los ciudadanos y de la responsabilidad con la que Gobierno foral, sindicatos y empresarios han sabido afrontar las políticas de empleo y apostar por el diálogo social, modelo sin duda para otras comunidades. Todavía, sin embargo, nos queda mucho por hacer y mejorar, por lo que no debemos caer en la autocomplacencia. Empeño para esa labor, desde luego, no nos va a faltar.
