Ante el retraso de decisiones en la ponencia de regeneración democrática del Parlamento de Navarra, el Partido Popular ha decidido llevar a debate una moción instando al gobierno a la reducción de parlamentarios, a la desprofesionalización del Parlamento y a la limitación de mandatos, y que cada grupo político se posicione así sobre estos cambios, y la idea nos parece muy oportuna.
Tan necesarios son pasos en esta línea, como útil es para la sociedad la voluntad demostrada por iniciativas locales como las que giran en torno a Podemos aunque, al menos en Tudela, esté pecando de una inocencia política imperdonable que le lleva a caer en la manipulación de la mano de terceros, o a la demagogia más absoluta, más allá de trepas e interesados.
En verdad, es necesario modernizar la política. Es clave acercarla a la sociedad, pero los caminos para ello parecen ser demasiado complejos. O no estamos preparados. Sin embargo, la ciudadanía está comenzando, primero, a materializar su hartazgo con movilización; y segundo, a decir a las claras qué es lo que quiere y qué le conviene más. Todo un logro después de 37 años de ‘democracia’ enmascarada tras las siglas del bipartidismo y el inmovilismo de un estado gestionado por los mismos que gobernaron durante el franquismo. Poco a poco, se alcanzarán cotas de modernidad democrática real.
