Opinión

Mi estimada Tudela

Se qué te quiero con mi corazón, y, sé, que eres tan benevolente con los forasteros, cómo intransigente e intolerante con tus “hijos”. Se que tienes la virtud de acoger a todo tipo de gente, y la insolencia, de no saber perdonar los errores causados por tus ”descendientes” perennemente. Tal vez los últimos que llevamos “los motes tudelanos”.

Siempre la gente de tu ciudad, suele comentar, que eres ”implacable” con los hechos acaecidos de tus hijos en tiempos o épocas pasadas. Que tienes todas las desventajas de un “pueblo pequeño”, y ninguna ventaja de una “ciudad grande”.

Yo, personalmente, no lo quiero creer, eso que “dicen” que “defiendes” más a la gente de fuera, que a los “foráneos de toda la vida “. ¡No lo creo!, ¿verdad “Santana”?

Bien sabemos que en TUDELA convivimos tres culturas, ahora somos “gracias a Dios” muchas más, aquí, hay gente necesitada, pero es lo mismo Tudela, tú siempre eres “comprensiva y benevolente con otras ETNIAS”. Aunque en otros tiempos vivirían protegidas por tí, dentro o fuera del ”castillo”.