Colectivamente parece que ya esté todo arreglado. Con la derecha en el Gobierno central y con mayoría, parece que hemos llegado al fin de la crisis, al punto final de esta extraña papeleta que nos ha tocado en suerte. Sin embargo, que el PP haya arrasado en las Elecciones Generales de este domingo, por sí mismo, no nos va a sacar de pobres.
Sin duda, una de las variables más controvertidas, la de la confianza, va a ganar enteros, pero la situación que tenemos en España es la que es: Hay que recortar 21.000 millones de € de déficit como sea. En 2012 hay que renovar 300.000 millones de € de deuda pública. Hay que pagar 36.000 millones de € de intereses... Y, para colmo de males, que la deuda total de España, pública y privada, supere los 300.000.000.000 de €, es inasumible. Como dijo el otro día Fernando Ónega, "cuando un país paga 100 millones diarios sólo en intereses, si no está en quiebra, poco le debe faltar".
Estamos hablando de que debemos 50.000.000.000.000 de Pts. O sea, 1.138.000 de las antiguas Pesetas por ciudadano: ¿Alguien había votado pensando realmente en el equipo electo que deberá torear en esta plaza? La tarea de mi tocayo será ingente, no para Él en los próximos 100 días, lo será para todos en los próximos años... No va a bastar con apretarse el cinturón. ¡Hay que cambiar de vestimenta completamente si queremos salvar los muebles! Y esta realidad, a pesar de la alta participación en los comicios del domingo, que bajó ligeramente respecto a convocatorias anteriores, no parece que haya quedado clara colectivamente.
