Durante décadas, para conmemorar, el fin del glorioso movimiento o la santa cruzada, en una pared de la catedral, y dentro de una gran cruz hecha de ladrillos, estuvo puesto: Caídos por Dios y por España y debajo todos los nombres de los que murieron en el bando nacional.
Lo cual solo denota, las mentiras, que los sacerdotes, católicos son capaces de decir y hacer por seguir viviendo del cuento.
Ya que si murieron por dios Cristo, este era y es un falso dios pues comprobado está que ni es unigénito de Dios, ni segunda persona de una Trinidad falsa, ya que Dios nunca ha sido persona, ni nunca lo sera, pues es Espíritu, pura energía consciente que lo abarca Todo, lo compenetra y lo dirige,con esas tres fuerzas primarias de la naturaleza, pues El y solo El, controla toda su creación.
Y Cristo está mitificado, por estos falsos pastores, para engañar y estafar al pueblo de Dios y vivir de el.
Ni nació de una virgen, pues toda mujer embarazada deja de ser lo y mucho menos por obra y gracia del Espíritu Santo, pues comprobado está científicamente, por el ADN que se necesita esperma de varón para que nazca un verdadero hombre y Cristo es un verdadero hombre igual a todos nosotros.
Y si a eso añadimos que la España por la que cayeron, era una dictadura, que pisoteaba los derechos humanos y la libertad de todos los españoles, podemos decir en verdad, que no murieron ni por Dios ni por España, sino, por una gran mentira, pues lo hicieron por dos grandes dictaduras: La Iglesia católica y el poder dictatorial franquista, impuesto por las armas.
Gracias a Dios esta gran mentira escrita ha sido borrada, por la llegada de la democracia y con ella por fin, ha llegado el poder al pueblo.
