Opinión

Malos vientos en la Economía

El tiempo hace por los hombres lo que el espacio hace por los monumentos; no se juzga bien a unos y a otros sino a distancia y con perspectiva; de demasiado cerca no se los ve, de demasiado lejos se lo ve menos aún”. Chateaubriand. Memorias de Ultratumba, Capítulo 7, Libro XXIX.

En las vacaciones de verano nos desconectemos de la realidad y así descansamos, a la vuelta, miramos a la económica y a la política desde cierta distancia, ganando así en perspectiva.

En nuestra sociedad hay un exceso de información, de tal manera, que por dicha abundancia terminamos confusos, cada vez prestamos menos atención a los datos significativos. Los fríos datos económicos post vacaciones son demoledores. Recordemos.

El Estado ingresó menos hasta julio, 57.952 millones de euros, un 25,8% menos que en 2008; el Estado gastó más, en el mismo periodo 107.639 millones de euros, un 22,3% más que en 2008. El Estado tiene un déficit de 50.000 millones de euros, cinco vez más que en 2008, cuyo déficit a la fecha era de 10.553 millones de euros. Ante esta situación el Gobierno se plantea subir los impuestos de manera selectiva. Por la menor actividad económica el Estado ha recaudado menos por el Iva, un menos 35%. Lógicamente el Estado se ha endeudado más, hasta 65.529 millones de euros, frente a los 6.837 millones de euros en 2008.

En ésta situación dramática, con la recaudación bajo mínimos, el Gobierno ZP, de manera espectacular ha aumentado el gasto público: con 8.000 millones de euros para el Plan E, 11.000 millones de euros para dar satisfacción a las Autonomías y asegurarse así apoyos políticos, y ¡el gran bocado! ha sido el Plan de Ayuda a la Banca, con 30.000 millones más de euros. Estos gastos extraordinarios coincidente en números redondos con el déficit, al que habrá que añadir otros 1.350 millones por el plan de ayuda de 420 euros al mes a los parados sin recursos, apoyados con este nuevo subsidio.

En el mes de agosto hemos tenido 85.000 parados más, ya estamos en el 18,5%, sin descontar a los parados que se están formando, éstos alcanzan a 4.108.380 de personas. La afiliación a la Seguridad Social bajó en 142.200 personas, a final del mes agosto. Este mes con la progresiva terminación de la “operación aceras” del Plan E, y con menos turismo, augura unos datos en septiembre y en octubre aterradores.

Los gastos propuestos por el Gobierno hasta ahora no han dado frutos, ya que los Bancos siguen sin prestar dinero, las Empresas no invierten, las Gentes no consumen lo suficiente. No se ha restablecido la confianza necesaria capaz de romper este círculo vicioso. Hoy no se trata de culpar de esta grave situación al Gobierno. Constatamos, eso sí, la nula eficacia de sus medidas contra la crisis. En los demás países de nuestro entorno van saliendo tímidamente de la crisis, y aquí no se ven signos positivos.

Como cualquier familia, el Estado debe recortar todo tipo de gastos, y en todas las Administraciones Públicas. Los políticos de todos los partidos deberían ser los primeros en predicar con el ejemplo, no sólo bajándose el sueldo, sino recortando en un 10% todos los presupuestos Estatales, Autonómicos y Municipales. No hay una única medida salvadora, sino que hay que aplicar un conjunto de medidas concertadas, que no pasan sólo por subsidiar el paro, sino por fomentar el empleo con reformas fiscales y laborales, con nuevas políticas en energía, justicia y educación. Cuando no hay dinero, ni perspectiva de haberlo en el corto plazo, es suicida endeudarse este año 10 veces más que el año pasado. Lo primero es gastar menos, para que en el medio y largo plazo podamos salir de está mala situación. Los costes los debemos repartir entre todos, no penalizar a unos para favorecer a otros, y así los recursos públicos emplearlos en la dirección de apoyar el empleo estable y en cambios estructurales. En fin, ante un panorama difícil, deberíamos anteponer los intereses generales por encima de los particulares.

Nuestro país necesita de un gran Acuerdo Nacional entre los socialistas y los populares, que no trate de parchear con más improvisaciones. Necesitamos que de manera consensuada se den pasos en la dirección de los cambios necesarios para generar condiciones de aumentar el empleo.

Si no lo hacemos, tardaremos más años en salir de la crisis con unos costes demasiado dolorosos, que debemos y podemos evitar.