Opinión

Las dichosas cagadas de perro por las calles de Tudela

El pasado sábado día 20 de Febrero sobre la una y cuarto de la tarde tuve la desgracia de presenciar como mi hermana permanecía tumbada en el suelo con dolor y sin posibilidad de incorporarse hasta que vino la ambulancia que avisamos y posteriormente la trasladó al hospital. La caída se produjo a consecuencia de haber pisado una cagada de perro. Afortunadamente después de pasar por Urgencias del Hospital y ser atendidos muy bien nos comunican que no hay roturas de huesos, pero sí varias contusiones y traumatismos, que el dolor permanecerá por varios días, pautándole analgésicos.

Me ha motivado el dar a conocer lo sucedido a todos los ciudadanos/as el conseguir que en lo sucesivo nuestras autoridades municipales tomen alguna medida al respecto para hacer cumplir las ordenanzas en esta materia, esperando que no incumplan con su obligación de mantener las calles en estado seguro y limpias, y que hechos como éste no vuelvan a suceder.

A mi modo de ver el responsable del animal en la vía pública debe recoger lo dejado sea sólido o liquido (por supuesto las cagadas), para no extenderme, el aspecto de estas defecaciones son de una apariencia humana que nos dejan boquiabiertos por su aspecto y cantidad.

Una de las cosas que más molesta e indigna, es pisarlas cuando se va tranquilamente andando por las calles de nuestra ciudad, esto en Tudela sucede muy a menudo. Yo no puedo entender cómo hay dueños de perros que actúan así. Estoy realmente harto de esta situación.

Quiero decir que a mí me encantan los animales y que afortunadamente la mayoría de los que los tienen se comportan cívicamente pero me estoy refiriendo a los dueños de estos que creo que les tienen menos estima que yo, los educan mal y con su comportamiento están perjudicando a Tudela.

En nuestra ciudad cada vez hay más cantidad de microbios peligrosísimos y que metemos en nuestras casas gracias a unos pocos desaprensivos debido a este asunto. Desde el punto de vista sanitario se considera que la materia fecal del perro en la vía pública puede afectar la salud humana, ya que contienen parásitos que causan, Cenurosis, Ancylostomidosis, Ascaridiasis, Hidatidosis y Toxicaríasis, enfermedades que en casos extremos puede provocar ceguera y hasta la muerte.

Como podemos ver no solo contamina vista y olfato, si no que es un importante foco de enfermedades. Debemos ser conscientes de la falta de respeto y marranería que supone dejar las deposiciones de nuestros animales en los espacios públicos y los peligros ligados a las enfermedades que pueden transmitir. Además suponen un gasto extra para el consistorio en campañas de concienciación, reparto gratuito de bolsas para la recogida que los mismos dueños deberían adquirir y servicios de limpieza.

En otros lugares este problema, ha motivado a las autoridades a la adopción de medidas más intensas. Contratación de personal adecuado para vigilar que los propietarios cumplan con la normativa y sanciones importantes.

Se han publicado en los medios de comunicación la cuantía de las multas impuestas por no recoger los excrementos de las mascotas en diferentes ciudades: Londres 750 euros, Paris 600 euros, New York 100 euros. Aquí en determinadas ciudades son considerables. Quiero sugerir la posibilidad de que las mismas puedan ser sustituidas por trabajos en el municipio.

También tenemos varios parques y jardines, “para uso y disfrute de los ciudadanos”, que en la práctica acaban siendo cagaderos de perros. Entre todos pagamos los parques y la mayoría no podemos usarlos, son para la minoría del mundo canino. Si existen lugares específicos para estos animales ¿por qué no se usan?..Estos deben ir atados y sin embargo vemos como al llegar al parque los sueltan para que campen a sus anchas y si alguien les llama la atención se enfrentan y la discusión es segura. A la vez que cagan, mean por lo que aún en el caso de que recojan las defecaciones lo otro ahí queda. Quiero señalar la “mala” situación higiénico laboral que debido a este problema se les estará ocasionando a los trabajadores/as encargados de la conservación de los jardines municipales.