En el Pleno del jueves pasado, Corella aprobó adherirse a la Red Iberoamericana de Ciudades Taurinas casi al mismo tiempo que el Ayuntamiento de San Sebastián se planteaba si emplear mejor la cantidad anual que destina a Illumbe, para una semana de festejos.
Al mismo tiempo, esta semana que estamos con la Vuelta Ciclista a España en la puerta de casa, una polémica similar ha copado las tertulias: ¿compensa la inversión pública realizada en este evento deportivo para lo que reporta?
Y la respuesta en todos los casos es siempre la misma, ¡no!
El motivo es sencillo y claro: la Administración debe prestar servicios, no invertir como una empresa en saraos y palmas flamencas... Ya sean toros, ciclistas, fútbol o pelotas.
¡Las Fiestas, que las monten las marcas comerciales correspondientes y que se las paguen los interesados!
Sin embargo, en el crecido sector público se ha confundido en los momentos de bonanza churras con merinas, hasta el punto que ahora se quiere llegar a lo que no se puede sin ser consciente de que no se debe, ni es necesario en modo alguno, porque la función pública sólo debe garantizar lo imprescindible para que una Sociedad funcione, y lo haga bien en Salud y Educación, por ejemplo, no promoviendo ni patrocinando la segunda llegada a la luna.
¿O es que aún no lo ven? ¡Los entes públicos que se dediquen a gestionar servicios básicos colectivos y punto!
¡Queda tanto por hacer, que entran sudores de pensarlo sólo!
