Resulta que, hasta ahora, en los hospitales navarros no se ahorraba...
Es lo que se puede interpretar de
la última medida tomada por el departamento de Salud, que estos días pasados adelantó que ha puesto en marcha un Plan para ahorrar nada menos que 1.400.000 euros en consumos energéticos.
Lo sorprendente del caso es que hasta se ha puesto como meta colocar termostatos en hospitales y centros de Salud, para que la temperatura oscile entre los 20 y los 23 grados, algo para lo que está dispuesto, incluso, a sustituir ventanas, y la medida, por positiva, no deja de alentar una sonora carcajada porque parecía obvio que, en la Administración, como en cualquier casa, se tiene presente cuánto cuesta mantener el calor para obrar en consecuencia y reducir consumos y malestar general, personal y del bolsillo...
Toda la vida sufriendo en las visitas ese calor insufrible que se respira por los pasillos del Reina Sofía, por citar sólo un ejemplo,
y resulta que el mismo era fruto de la dejadez, no de la preocupación por el bienestar de pacientes y profesionales, unos casi en cueros, con ese batín culero, y lo otros prácticamente en pijama y bata.
Resulta irónico que aquel ente que está llamado a representar la conciencia colectiva, y que con cursos, charlas, iniciativas y proclamas no se cansa de promulgar un bienestar sostenible, haya sido manirroto hasta este punto... ¡Algo de bueno tenía que tener esta crisis!
