Opinión

La “sin vergüenza” se viste de rojo

El pasado sábado, nos disponíamos a cazar en un maíz que se estaban comiendo los jabalíes. Esto no es un hecho aislado, sino que ya es muy frecuente en el regadío de Tudela. Estando cazando aparecieron los Forales y denunciaron a un compañero por usar una emisora que dicen es ilegal. La cacería se suspendió inmediatamente ante la indignación e impotencia de los allí presentes. Para mí, seguir así tiene sus riesgos por lo menos sociológicos, pero ¿esta gente de qué va?

Lejos de ayudarnos con su experiencia a acabar con los daños del jabalí, nos persiguen y nos denuncian por usar una emisora que utilizamos para nuestra propia seguridad, y para que en el transcurso de la cacería no pase nada, que es lo primero que nos importa.

Los dueños de esos campos han de ser los testigos de esa labor bien hecha y los defensores a ultranza de un equipo de cazadores que emplean su tiempo libre en minimizar sus costes y daños. Y sin contar, dios no quiera, los posibles accidentes que hemos evitado.

Quizás deberíamos de preguntar cuánto tenemos que pagar al año y que nos pasen una multa general. Por lo menos no los veremos ni los padeceremos.

Esta gente, ya está declarado, va contra el pueblo a llenar las arcas. Son recaudadores de bolígrafo en todos los parámetros: en el campo en la carretera, y todo aquello donde se pueda sacar un euro.

Tanto es así que ya se sabe: expedientaron a uno de sus miembros por no llegar al mínimo de sanciones. Como diría mi abuelo, "jodé" si las tienen contadas. La "sin vergüenza" se viste de rojo...