Me dirán qué tiene que ver una cosa con la otra. Pues, en mi opinión, mucho porque en ambos casos lo que no cuesta nada al bolsillo no se valora. Y al igual que en las chistorradas si puedo coger 3 trozos gratis, mejor que 2 y si puedo ir al centro de salud varias veces todas las semanas –porque tengo derecho al médico, aunque no lo necesite- pues también mejor. Y el que venga detrás que arree. Lo primero soy yo.
Se quejan los médicos de que hay muchos abuelos que van al médico solamente a que se les escuche y a intentar quitarse años o a pedirle al doctor que haga milagros con esa pierna. Después está el trabajador que va por catarrillo a que el médico le dé la baja y casi en el 100% de los casos sale con ella en la mano (no lo digo yo, lo dice el presidente de la Volkswagen en Pamplona).
Cualquiera puede comprobar lo que digo y acercarse a un centro de salud, hablar con los médicos y preguntarles qué han visto de nuevo ese día: 10 visitas justificadas de las 40 ó 50 que han tenido. Como lo oyen.
Y es curioso observar también cómo cuando hay mercadillo o una excursión de jubilados la demanda en el centro de salud baja considerablemente. Y que cuando las madres trabajan fuera de casa ya no van tanto al pediatra injustificadamente.
Y si se trata de aflojar el bolsillo, por ejemplo cuando hay que hacer un empaste en el dentista, protestamos menos y no hay lista de espera.
Nuestros abuelos no iban al pediatra –entre otras cosas porque sólo había un médico para todo- y sólo llamaban al doctor cuando habían probado ya todos los remedios naturales que sabían y tenían a su alcance y el médico entonces ejercía más medicina (no sólo recetaba, como hace ahora) y practicaba las pruebas que creía oportunas y no las que le pedían los pacientes como es habitual en nuestros días.
En fin y en definitiva, que en mi opinión, hasta que no cueste algo más la visita del médico y el bocadillo de chistorra dame una bolsa que voy a coger todo lo que pueda y me voy a poner varias veces en la cola.
Miquele