Opinión

La inaplazable fusión de las cajas

Andan alterados estos días los medios de comunicación con las cuestiones relacionadas con la fusión de algunas cajas de ahorro vascas, operación que parece haber pasado del cuatro al dos sin solución de continuidad. Hace ya 18 años desde que se llevaron a cabo las fusiones entre cajas municipales y provinciales en los cuatro territorios del sur, lo que simplificó en buen grado el mapa de entidades financieras del país. Desde aquellos tiempos, la inoperancia de los dirigentes políticos, la disgregación administrativa que padecemos y las reservas provincialistas que anidan en tantas mentes de este país han conseguido dejar en el cajón hasta ahora el nuevo e inaplazable paso: la fusión interprovincial entre las cuatro entidades que integran la Federación de Cajas de Ahorros Vasco-Navarras (FCAVN).

En grandes líneas, y a día de hoy, el mapa financiero cuenta con las cuatro cajas provinciales (BBK, CajaNavarra, Gipuzkoa Kutxa y Caja Vital), las dos cajas rurales (Caja Rural de Navarra e Ipar Kutxa) y la Caja Laboral del grupo Mondragón. En cuanto a bancos, podemos señalar al BBVA, tan sólo porque mantiene su domicilio social en Bilbao, al Banco Guipuzcoano (cuyos mayores accionistas son BBK y Kutxa), a la pequeña Banca Inchauspe y muy poco más. Desaparecido el Banco de Vitoria en el seno de Banesto y orillados como enseña regional el Banco de Vasconia (Popular) y Bankoa (Crédit Agricole), el panorama es más romo que nunca.

Los tiempos en que las entidades financieras vascas eran legión han pasado a la historia, debido a un proceso de concentración constante que ha acabado con buena parte de ellas. El histórico Banco del Comercio, el Banco de San Sebastián o el de Tolosa han ido siendo fagocitados por grandes grupos bancarios, lo que ha redundado en el aumento del grado de concentración hasta límites asfixiantes.

Pero este fenómeno de concentración no es algo privativo de Euskal Herria. En el Estado español tan solo hay cuatro entidades de gran tamaño (Santander, BBVA, La Caixa y Caja Madrid), y en el francés pasa tres cuartos de lo mismo, con BNP-Paribas, Crédit Agricole y Société Générale. Por lo tanto, la operación de fusión de las cajas de Euskal Herria tiene tal lógica empresarial y económica, que no hay nadie que se niegue a ella aduciendo ese tipo de razones. Es evidente que de lo que se habla respecto de la fusión es de política, mejor dicho, de alta política, porque el asunto afecta a la estructuración territorial del país y a sus equilibrios internos.

Se haga o no la fusión, a dos, a tres o a cuatro, lo cierto es que vendrá ya muy tarde. Es curioso comprobar como los partidos que más se han opuesto a la misma aquí, PP y PSOE, han impulsado la concentración de cajas en las comunidades del Estado en las que dominan, léase Andalucía, Castilla, Aragón o Galicia. Una receta que ha fortalecido a algunas entidades medianas, que ya no lo son tanto si las comparamos con las cajas provinciales que operan en Euskal Herria.

Fusión o fusión

Además, esas cajas, producto de las sucesivas fusiones y concentraciones, llevan años operando en nuestro país, y en el caso de algunas, como La Caixa, con notable éxito. Como consecuencia de ello, han restado cuota de mercado a las cajas uniprovinciales en sus propios territorios, y éstas, se han visto obligadas a realizar procesos de expansión en zonas como Madrid, Catalunya o la costa mediterránea, porque en sus propios territorios han alcanzado sus topes de crecimiento.

Hay que volver a recordar que ha existido durante años un pacto no escrito entre las cuatro entidades que conforman la federación vasco-navarra, por el cual no se abrían oficinas en los territorios vecinos, acuerdo que guardaba una lógica, pero que iba en contra de la competencia, lo que ha significado altas sanciones económicas por parte de las autoridades bancarias españolas. Ahora bien, precisamente el final de la implementación de esa lógica de no agresión conduce a un panorama de todos contra todos que puede llegar a ser inasumible, lo que fuerza directamente la fusión intercajas.