Opinión

Incoherencia política por doquier en Cintruénigo

Adolfo Navascués, actual alcalde de Cintruénigo, resultó elegido con los votos de su partido, PSN, y con el voto de los concejales de APC. CDN se abstuvo porque su único voto no iba a decidir nada en concreto. UPN votó en contra porque consideraba que tenía que gobernar y, a partir de ahí, considera normal disparar a todo lo que se mueve en la gestión municipal, aunque sean proyectos, obras o inversiones que ellos mismos promovieron mientras tuvieron la alcaldía.

Resulta más curioso el comportamiento de APC. Lo han reconocido públicamente: apoyaron al Alcalde sólo para evitar que gobernasen otros; como el que decide qué torero quieren ver en acción y sentarse detrás de la barrera a ver la faena. Y, claro, cuando se aburren de las faenas del torero a pedir cambio. En vez de contribuir, incluso desde la crítica constructiva, a mejorar la situación, quieren cambiar de torero. ¿Hasta que se cansen del nuevo torero? Y el año que viene ¿volverán a forzar un cambio?

El barullo político entretiene mucho, sobre todo a los que lo provocan y a los que se obsesionan en contestar a los provocadores. Y mientras tanto, ¿quién se preocupa por el día a día de la gestión municipal de nuestro pueblo? Esa labor responsable pasa más desapercibida.

El último barullo político padecido por Cintruénigo es el proceso de contratación de un puesto de limpieza para el Ayuntamiento. En este caso, la polémica ha colocado a nuestro pueblo en una situación de tensión y enfrentamiento que como mínimo puede calificarse de lamentable. ¿Dónde quedan el rigor y la serenidad que requiere la actividad política municipal?