Opinión

Hay dolores que matan

La Unión Europea ha pedido a España que liberalice su modelo farmacéutico proteccionista, y Navarra va por delante en la materia: Los cambios introducidos en el sistema navarro en noviembre de 2000 por el consejero de Salud, Santiago Cervera Soto, han dado sus frutos, y han abierto el sector al mercado en todos sus frentes, hasta el punto que ahora Cantabria quiere copiarnos el modelo -uno de los más avanzados de Europa-, y las demás comunidades deberán mejorar el suyo.

Cervera resultó vilipendiado e incomprendido cuando se empeñó en liberalizar un gremio que era -y es en el resto del estado- una auténtica mafia endogámica, pero dio en el clavo y con los pasos dados en materia de medicamentos genéricos, se ha logrado que la farmacia y el boticario sean lo que deben de ser: Un lugar de consulta en el que ahora, según las encuestas, una de cada tres personas va a pedir consejo. Probablemente, si no fuera así, los centros de Salud aún estarían más saturados, si esta labor no se hubiera visto tan reconocida como prolija ha sido la apertura de este tipo de establecimientos tras su liberalización.

Pero queda mucho por andar en materia sanitaria. Da miedo conocer el trabajo de los visitadores médicos, que propician recetar determinados fármacos a cambio de viajes a congresos en lugares exóticos, como se puede leer en el libro de Miguel Jara, “traficantes de salud", en el que uno se asusta al conocer cómo los laboratorios hacen creer a las personas que gozan de salud que están enfermas, para tratarlas creando modas que nada tienen que ver con estar bien. Prácticas que corrompen nuestra magnífica sanidad pública y universal, matando a cañonazos dolores y afecciones naturales y banales.