Opinión

Estaba muriendo y no me atendiste

Inmaculada Echevarría ha recibido de todos nosotros nuestra comprensión y cariño, navarrica y de Andosilla, no se ha merecido el trato denigrante despectivo y humillante de la Jerarquía de la Santa Madre Iglesia Catolica.


Hacerla salir del hospital San Juan de Dios donde llevaba mas de diez años por una llamada del Vaticano, cuando la orden que rige el San Juan de Dios no se había negado a quitarle el respirador, es como poco, humillante. Pero viniendo de donde viene, falta a la caridad y al auxilio espiritual que una persona se merece en ese trance.


El querer imponer sus ideas al pueblo cristiano, no les da resultados, pues nosotros, el pueblo, ya no nos dejamos engañar.


Lo que le han hecho a Inmaculada nos lo hacen a todos nosotros. Y Cristo, en el último día, se lo demandara.


Estos señores manipulan a Cristo. Y en su nombre cometen abusos a la humanidad cuando amenazan con terribles castigos infernales a los pobres cristianos, que nos vemos obligados a divorciarnos, negandonos el pan y la sal, cuando nos apartan de la Eucaristía.


Se creen que todo el mundo tiene que ser como ellos quieren, nos dicen como tenemos que vivir o morir, como tenemos que usar el sexo y llegan hasta que les obedezcamos contra natura.


Se atreven a mandar más que Dios porque alegan tener las llaves del cielo y abren sus puertas a los que ellos quieren o la cierran si no les gustan, como han hecho con la pobre Inmaculada, que ha tenido que irse sin auxilios espirituales y como tendremos que irnos todos los excomulgados por disidentes de conciencia.


La hipocresía de estos sacerdotes, que se dicen cristianos, no tiene límite. Sólo salvan a los que les gusta ser borregos y les obedecen, los que tenemos conciencia propia, nos tachan de apóstatas y aun cuando somos más cristianos que ellos... de renunciar a Cristo.


Algún día se nos hará justicia a los que tenemos hambre y sed de ella, seguro que como prometió Jesús, quedaremos hartos.

Miguel Angel Soro Falces