Opinión

Eres abliter@ si...

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Nada más nacer, te arrojaron contra un espejo y lograste agarrarte.

A muy temprana edad, tu madre habitualmente, te inscribió como cofrade en la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús.

Alguna vez recibiste una reprimenda, con “coco” incluido, sobre todo en alguna procesión, de D. Pedro, el cura.

Eres capaz de fabricar, aún ahora un lío o cuerda, con las únicas herramientas de un poco de esparto, un poco de agua y tus propias manos.

Te bañabas en la laguna de Lor y fuiste presa de abundantes sanguijuelas.

Has llevado alguna vez el “companaje” a tu padre, hermanos o abuelo a la era de trillar.

Acudiste a la lavandería y centrifugadora publicas existentes, en la laguna de Lor.

Tus veraneos los pasabas en los campos de Monderrey, Las Lechas, Carasol, Las Barreras o Corral del ala… compartiendo moradas con tu más aliado animal imprescindible para las tareas agrícolas de la época.

Te viste obligado a mal vender a espaldas de tu padre (hacer bordes) un saco de trigo a un tercero, para poder disfrutar con algo de dinero los tres días de las fiestas patronales.

Si llevabas tus escasas ovejas o cabras para pastar a la Cinquena y tus aún más escasos animales caballares a la Vicera.

Te apropiaste más de una vez de los alberges y cerezas del huerto de D. Antonio, el maestro.

Si tu primera excursión fue a Tulebras por fiestas de San Bernardo.

Alguna vez sufriste los disparos de sal de la carabina de Gregorio, el guarda.

Después de estar de juerga toda la noche durante las fiestas de la juventud acudías de empalmada a recoger espárragos.

Bailaste con un chic@ por primera vez en el cuarto de D. Germán, el cura.

Has compartido escuela y pupitre con un gitano “El currillo” y con un negrito de Caracas.

Tus primeros encuentros amorosos tuvieron lugar, según la edad, en la carretera de Cascante cerca de la Tercia o en la fuente.

Te hiciste novi@ con las canciones y música de los Maracay o los Adonis.

Viste a Jesusín, el Toribio, lo mismo de director de la Charanga, de juez de línea en los partidos de fútbol del Ablitense o lamentándose en cualquier funeral.

Hiciste enfadar a Macario en el cine y oíste gritar aquello de… “Maximino, apaga esa máquina”.

Lograste montar una carroza durante las fiestas de la juventud y exhibirla en la plaza para el concurso.

Tu primer coche fue un Renault 4 y tu primera moto una Mobylette.

¡FELICES FIESTAS!

Pedro J. Soto Santos