Opinión

El pulsómetro

3-Muñeco-del-Volatín-1073.jpg

Arriba

La ironía con la que la Orden del Volatín acogió el sábado la celebración en Tudela del acto que le da nombre, merece ser destacada en estas páginas...

Estúpidamente, el año pasado se cuestionó la figura representada, de modo que esta edición un signo de interrogación dejó libre el pensamiento y las ideas para que, cada cual, pensara en su Judas particular... ¡Genial!

Abajo

Trístemente, un año más nos vemos en la obligación de recordar la impresentable escena que quedó el domingo en Tudela tras la celebración de la romería popular que llena las orillas del Ebro de desperdicios tras las comidas que siguen al tradicional Ángel...

¡Si esta es nuestra forma de ser y actuar, mal vamos!