Navarra y el Estado están estos días negociando sobre la actualización del Convenio Económico, vigente hasta la fecha, que rige entre ellas las condiciones en las que se desarrolla su quehacer. En esta puesta en escena de la independencia navarra, ambas entidades han peleado defendiendo sus intereses a lo largo de la historia. Sin embargo, sorprende la doble moral y el discurso confuso que este acuerdo Navarra-España representa. Por un lado, se critican las permanentes demandas catalanas y andaluzas en la materia, por citar sólo dos ejemplos, y por el otro se consideran un privilegio los derechos históricos de Navarra que determinan este grado de relación de igualdad. Sin duda, el país necesita definirse y posicionarse en la materia...
¡Quizás una república federal solventaría tantas vicisitudes y tantos intereses creados entre territorios, tal cual está configurada la Administración!
