Opinión

El aparcamiento para minusválidos

En cualquier ciudad de España hay más respeto con las plazas de aparcamiento para minusválidos. En Tudela, se pusieron dos plazas en un lugar conveniente, especialmente para las personas que tienen que ir al médico, a pesar de sus problemas de movilidad. Eran un par de plazas de aparcamiento para minusválidos en la misma puerta del ambulatorio Santa Ana. De repente, y sin más problemática, a no sé que "brillante", se le ocurrió que no hacían falta dos plazas, y que había que cambiarlas de lugar. Tanto desde ANFAS, como desde otros colectivos, se ha explicado que la ubicación

de estas plazas eran correctas,

y que no tenían ningún interés en que se cambiaran.



¡Pues bien! ahora, gracias a esa mente "brillante" a la que he aludido antes, hay una sola plaza, que queda lejos del Centro de Salud, al que hay que ir andando y que no está todo lo cerca que podía estar para personas con estos problemas.



La única plaza que existe ahora se ha colocado justo al lado de un paso de cebra, el más prominente de la calle. La citada plaza de aparcamiento está, para colmo de males, en la puerta de un cajero automático y de un salón de juegos, lo que provoca que habitualmente esté ocupada por coches que, simplemente, paran para sacar dinero o para jugar un rato en el salón de juegos.



Cuando el o la minusválida, llega con su coche, se lo encuentra ocupado, y tiene que irse, ya que está ¡justo al lado de un paso de cebra!



Si el afectado por esa circunstancia necesita aparcar en ese sitio (no tiene otro), tiene que dar la vuelta a toda la manzana para volver al mismo lugar y comprobar si le han dejado libre el sitio, que por ley, les corresponde ocupar.



Cuando me contaron la hazaña estuve observando unos días las idas y venidas de los coches y, efectivamente, un tanto por ciento elevado del tiempo, el minusválido no podía aparcar. ¡Aunque por las noches, la plaza está libre!



Rogaría al Ayuntamiento que recapacitase y volviese a poner las dos plazas a la puerta del ambulatorio porque, aunque siempre hay alguien que no respeta las plazas, al menos están visibles, se pueden denunciar y no hay otros asuntos que "inviten" a los desaprensivos conductores (sin minusvalías) a aparcar en las plazas señaladas.