Acaba de iniciarse una campaña contra el consumo de drogas, asustados por los datos: Ocho de cada diez jóvenes de esta tierra consume drogas o alcohol antes de los 16 años. “Productos” como el cannabis, el éxtasis y la cocaína están subiendo frente al descenso de las ingestas de alcohol y tabaco, según las encuestas, y una vez más están haciendo del ciudadano el único responsable.
El jefe del Plan Foral de Drogodependencias, Fermín Castiella, ha dicho que “las familias pueden influir en el retraso del inicio del consumo”, pero los problemas que inducen a una persona joven o no tan joven a meterse algo porque la realidad del día a día no le gusta, o porque estamos en una sociedad en la que el placer prima, y rápido, no debiera ser la única razón de ser de esta iniciativa.
El Departamento de Salud se va a gastar 137.000 euros en una medida propagandística que no profundiza en esas razones y pide más responsabilidad al entorno social, mientras el Delegado del Gobierno anuncia a bombo y platillo las cuatro aprehensiones que se dan de otros cuatro tristes alijos, cuando todos vemos día a día en nuestros pueblos cómo corre la mierda blanca de una burbuja más grande que la inmobiliaria... ¿A qué juegan? ¿Dónde están las Fuerzas de In-Seguridad del Estado en estas lides? ¿Recaudando en las rectas? M.
