Opinión

Donde está mi identidad, igualdad de género

En los momentos de reflexión, a veces, me gusta pensar en aquellas cosas que son imposibles por imposición más que por naturaleza, esta vez ha surgido la igualdad de género. La igualdad entre mujeres y hombres, y aunque la igualdad ha avanzado mucho y las diferencias entre hombres y mujeres son muy pocas, aún existen esas diferencias, en el trabajo, en la vida cotidiana, en las tareas de casa, todavía los hombres no somos capaces de aceptar la igualdad, no somos capaces de asumir nuestra responsabilidad en las tareas de la casa, en la educación de nuestros hijos. Y lo peor es que no sabemos lo que nos perdemos, nuestros hijos crecen y acaban no conociendo a su padre. Nuestra esposa después de trabajar en su trabajo diario, aún le queda la casa y acaba de trabajar a las mil, agotada, planchando, cosiendo, limpiando, preparando la comida o la cena, o los bocadillos del colegio, o ayudando con los deberes de nuestros hijos. ¿Cuándo asumiremos que en la vida de la pareja hay que compartir, compartir lo bueno y lo malo?



Todavía los hombres tenemos unos privilegios y mientras sigamos luchando por mantenerlos, estaremos forzando a que nuestra compañera, que se supone que es la persona que más amamos, a que realice todo el trabajo de casa, eduque a nuestros hijos. Y esa es una labor que la pareja deberíamos de compartir, dando un respiro a nuestra compañera. Ella asume que es su labor diaria, pero también debería ser la nuestra, la de los hombres. Hasta que los hombres no asumamos nuestra responsabilidad en las labores de casa y en la educación no existirá igualdad de género.