Opinión

Desde el ingenio y el trabajo

En relación a las declaraciones efectuadas por el PSN a la gestión cultural en nuestra ciudad, cabe señalar y recordar la creación de la Entidad Pública Empresarial “Castel Ruiz”, a la cual se ha dotado de unos estatutos propios que la sitúa en un marco jurídico diferenciado para la actividad cultural municipal. A partir de ahí se ha creado, como corresponde, una ordenanza de funcionamiento acompañada de un exhaustivo estudio económico de costes de toda actividad y servicios que permiten a Castel Ruiz desarrollar y atender las necesidades culturales de los ciudadanos de Tudela y de todas aquellas personas de la Ribera, e incluso otras comunidades autónomas, que decidan participar y disfrutar de las mismas.

De igual manera, estos instrumentos de análisis económico nos permiten analizar, de forma pormenorizada, el coste de cada actividad y servicio, así como su impacto en todo el tejido cultural, fortaleciendo nuestro sistema de información y nuestra capacidad para tomar decisiones. La visión sobre la cultura, en el grupo municipal de UPN, hace que podamos percibirla como un factor sólido de desarrollo económico, social y territorial y no como una mera oportunidad de hacer política coyuntural electoralista.

Es gracias a una coherente política estratégica de dotación de infraestructuras culturales, en diferentes espacios de la ciudad, como se ha conseguido (por ejemplo) que el cine Moncayo dote al Barrio de Lourdes, no solo de la posibilidad de que la cultura se acerque a esa zona, sino que cree dinamismo por medio de actividades que permiten la participación del ciudadano, siendo esta una muestra sana, activa y cohesionadora de la vida cultural en Tudela y de una buena planificación estratégica.

UPN, en este sentido, trabaja y contempla de forma decidida los siguientes pilares: cultura y desarrollo local (económico, social y urbano); la transversalidad de las políticas culturales locales; cultura y participación ciudadana; accesibilidad de la oferta cultural y finalmente, iniciativas relacionadas con la innovación en la construcción de la identidad. Es cierto que nos toca lidiar con un marco de financiación ajustado, pero en nuestro empeño está el trabajar para poder ofrecer una oferta cultural con garantías, rica y plural y que además en ningún caso, afectará a las obligaciones inexcusables y a aquellos compromisos que atienden a la consecución y materialización de los proyectos elaborados.

Insisto, y desde aquí transmito nuevamente al PSN con firmeza, en que a pesar de la obligada y racional austeridad, las líneas generales no se resentirán, porque desde UPN vamos a aportar liderazgo, trabajo, ingenio e imaginación (como hemos hecho hasta ahora con el objetivo de dotar a esta ciudad de las mejores infraestructuras culturales posibles). Y no le quepa duda al Sr. Campillo que si hemos gestionado en tiempos de bonanza, lo haremos aún más en momentos de austeridad.

Por otro lado, cabe matizar que la planificación viene dada por una visión ambiciosa de futuro, analizando los datos y los estudios que nos permitan (de una manera transversal) abordar los mejores proyectos para nuestra ciudadanía. Hay que recordar también al Sr. Campillo que respecto a los contenidos que tanto le preocupan en relación por ejemplo al Centro de Cultura (que no casa de cultura pues si eso fuese finalmente estaríamos hablando de una equipación cultural diferente y dimensionada con otros objetivos cuya importancia y polivalencia serían menos importantes y, quizás, menos preocupantes para él) ya hace años que grupos de trabajo han estado aportando ideas y necesidades para que la programación, en el que será un magnífico equipamiento cultural sea plural, de calidad, transversal, incluso contemplando eventos difícilmente imaginables aún, pues la cultura es algo vivo, en permanente transformación, mutable e imprevisible. Intentar imaginar ese futuro es algo en que trabajamos cada día, desde hace años. Y eso, el señor Campillo lo sabe, pero no lo dice y por tanto no lo reconoce.