En este momento histórico en el que el jamás ha habido tantos hambrientos, tantos niños esclavos, tantos asesinados por aborto, tantos muertos en las costas de nuestro país,…para un cristiano es obligatorio estar continuamente dando un grito de denuncia contra todas estas barbaridades que afectan a la mayor parte de la humanidad.
Más del 80% de la humanidad es asesinada por hambre (y eso que el planeta puede alimentar al doble de los habitantes que somos actualmente), existen más de 400 millones de niños esclavos elaborando productos que nosotros consumimos a bajo precio, en las costas de nuestro país han muerto más de 10.000 inmigrantes que venían a España con la esperanza de encontrar unas mejores condiciones de vida después de que los países enriquecidos les robáramos sus materias primas, y el aborto, ¿cuántos inocentes mueren al año asesinados en el vientre de su madre porque las políticas que hacemos en este país van más encaminadas a acabar con los problemas que a proteger a los débiles (madres, familias, niños que no han nacido…); España sólo dedica el 0,9 PBI a la familia y el momento actual es el de mayor desembolso en armamento. Está claro que todos éstos son CRIMENES POLÍTICOS.
Ya Juan Pablo II en muchas de sus encíclicas y ahora Benedicto XVI no se cansan en denunciar la cultura de muerte que nos rodea y el Imperialismo fruto de esta cultura, y nos advierten: “Este Sur pobre, juzgará al sur rico, juzgarán a aquellos pueblos que los privan de estos bienes arrogándose el monopolio imperialista de la economía y de la supremacía política a expensas de los demás”.
La Iglesia habla, y los cristianos tenemos la obligación de denunciar el drama que sufren nuestros hermanos los empobrecidos, los más débiles, los despreciados, los humillados, desde la Caridad Política, porque es ahí donde están las causas de estos crímenes.
