Opinión

De Sol a Alcalá

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Una preciosa tarde otoñal nos acompañó, llena de luz, el centro de la capital bullía, fuimos cientos de miles de personas las que en pequeños grupos intentamos acercarnos a Sol, y no cabíamos.

Los había de todas partes de España, no era fácil, pero siempre llevaban algún signo distintivo que los permitía identificar, acá andaluces, allá gallegos, dando la vuelta a la esquina valencianos, de todas partes de España. Todos esperábamos gente, pero desde luego no tanta.

Por el aspecto, muchos iban con ropa deportiva, cómoda, pues habían tenido que viajar unas horas en autobús, tren, o en coches particulares. Estaban presentes gentes de todas la edades, también de toda clase y condición, unos llevaban aspecto de pijos, otros parecían de Vallecas, los más iban de normales, gente llana del pueblo. Los de Derecho a Vivir, estuvieron muy activos, vendiendo muchas pegatinas y banderolas.

Desde luego nadie en su sano juicio puede calificar a toda esa inmensa cantidad de gente de ser representantes de la derechona más reaccionaria y clerical, como de manera maniquea les gusta insultar a ciertos progres. Éramos españolitos que pensamos distintos a ellos, y ejercimos un derecho democrático de manera pacífica y civilizada.