Opinión

De Juana en la calle

El del etarra De Juana Chaos es uno de los historiales más sanguinarios de la banda terrorista ETA en toda su criminal existencia: 25 asesinatos perpetrados en 11 atentados y en el plazo de un año, por los que fue condenado a 3.000 años de prisión. De ellos únicamente pasó 18, si bien fue condenado de nuevo por amenazas a 12 años, que se vieron reducidos a tres. En total, 21 años entre rejas, menos de un año por cada persona asesinada, por cada vida segada y, por consiguiente, por cada familia rota.

El final todos lo conocemos: libertad para el etarra con todos sus derechos. Y lo que es muy grave, sin que haya mediado arrepentimiento por sus crímenes. Pero, ¿qué arrepentimiento se puede esperar de un asesino que en prisión pedía champán y langostinos para celebrar las muertes de ETA, como ocurrió con el atentado contra el concejal de UPN Tomás Caballero?

A esta situación hay que añadir el hecho de que De Juana pueda vivir en un domicilio próximo a quienes han sido víctimas del terrorismo, junto a cinco de ellas concretamente en apenas 150 metros. No es de extrañar que la sociedad española sienta, además de un dolor profundo, que algo falla en el sistema judicial.

Es necesaria y urgente una reforma que evite que casos como éste se vuelvan a producir. Para ello, es fundamental voluntad política, unidad y determinación. El acuerdo anunciado por los dos grandes partidos nacionales para endurecer las leyes contra los etarras que hayan cumplido sus penas pero no hayan mostrado arrepentimiento por sus crímenes ni pagado a las víctimas las indemnizaciones establecidas en sus sentencias es un importante paso que debemos celebrar desde UPN.