Opinión

De Fiestas al Pueblo

Son meses en que todos nuestros pueblos, de la mano de uno u otro patrón, celebran sus fiestas. Pueblos que durante el resto del año están desiertos, estos días abren sus puertas a oriundos y a todo aquel que como visitante quiera disfrutar del más variopinto programa.

Y hay actos recogidos en los programas para todos los gustos, competiciones de todo lo que se nos pueda ocurrir de las que resulta fácilmente convertirse en "campeón mundial" de Dios sabe qué especialidad.

El otro día sin ir más lejos, leía atónito como daba inicio la actividad diurna, con, pásmense ustedes, "dianas silenciosas", así no molestaban a quienes preferían no abrir el ojo hasta la hora del almuerzo.

El vino con la gastronomía tan variada en cada pueblo, acompañado de bailables, bien con orquesta, bien con discomóvil, dependiendo del presupuesto, no faltan en fiestas que se precien, y aquellos que gozan de mayor potencial económico las vacas, porque la tradición taurina arrastra, aunque sea para estar con una mano en la barrera y cuando la vaca opta por mirarnos, perder literalmente "el culo", y perdón por la expresión, porque no olvidaré nunca a todos esos valientes que dicen "¡¡eh¡¡ vaca" y cuando les mira, pies en polvorosa.