Opinión

Cuando lo habitual intentan venderlo como normal

Estamos en unos tiempos en los que es tal la que se nos viene encima, que ya casi nada parece consternarnos. Abrumados como estamos por la información continua de la tasa de paro, el déficit, el grado de endeudamiento o el diferencial con el bono alemán, existe el riego de que nos olvidemos de analizar y juzgar el quehacer diario de nuestros gestores más cercanos.



En Tudela llevamos un tiempo en que parece estar imponiéndose la máxima de “es normal…, no es para tanto…, pasa en todos los sitios…, son todos iguales”. ¡Y una leche!, estoy harto de que lo habitual intente venderse como normal.



No es normal que llevemos siete meses de legislatura y no exista un Plan de Empleo Comarcal impulsado por el Ayuntamiento de Tudela en coordinación con otros municipios y en colaboración con el Gobierno de Navarra. O más fácil, no es normal que ni siquiera se haya convocado el Consejo Económico y Social (cuya razón de ser es la de promover la participación libre y eficaz de los sectores de Tudela implicados en asuntos económicos y sociales de competencia municipal).



Yo no encuentro un momento más idóneo que el actual.



No es normal que llevemos un mes con la Oficina de Turismo cerrada (con una media superior a 4.500 visitantes al mes en años anteriores) por una falta de previsión y coordinación entre el equipo de gobierno del Ayuntamiento y el Gobierno de Navarra.



No es normal que se apruebe un pliego de contratación para las piscinas cubiertas de cesión durante 30 años a una empresa privada, sin un estudio de viabilidad profundo de los usuarios potenciales, las necesidades que estos demandan, sin el impacto económico en las arcas municipales que supondría el trasvase de socios de las públicas (Elola y Ribotas) a la de gestión privada, sin determinar unos servicios mínimos a ofertar, sin marcar unos criterios tarifarios que garanticen un servicio universal (para personas de toda condición económica). No es normal.



No es normal que a la hora de elaborar el presupuesto municipal, no exista un plan de gestión que lo sustente, con las actividades que se van a desarrollar en cada área. Ni es normal que los nueve puestos (por el momento) que se van a amortizar carezcan de unos informes detallados y suficientemente concluyentes de por qué esos y no otros, y cómo se van a realizar los servicios que estos venían prestando.

No es normal que la Champiñonera se haya acabado hace “dos días”, y que su coste se haya disparado. Ni es normal que el cubrimiento del Queiles no se haya finalizado, ni que se nos ocurra reducir la limpieza viaria tal y como está Tudela habitualmente. No es normal.



Pero saben, la culpa es nuestra, de todas y de todos; de la oposición, por no ser capaces de hacer visible el cúmulo de desatinos y de mal hacer que UPN viene realizando años atrás y que se ha agravado en esta nueva versión UPN-PP, con un liderazgo político y de gestión inexistente, sin rumbo ni capitán. Pero también es responsabilidad de la ciudadanía que ha renunciado en parte a su derecho a reclamar que las cosas se hagan bien, a la primera y si no que se depuren responsabilidades, en las urnas y en otros ámbitos.



Y en el momento en que dejamos de asumir esta responsabilidad social que todas y todos tenemos en la gestión de los asuntos comunes, estamos a punto de que lo habitual se convierta en normal, vamos, una nueva dulcificada de la teoría de Goebbels: “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Todo esto podrá ser habitual, pero bajo ningún concepto podrá decirse que sea normal.