Opinión

Cosas de Tudela

En primer lugar congratularme por el asfaltado del Camino del Instituto, una solución intermedia que beneficia a los usuarios del mismo.

Puestos en caminos, calles y vías y, aprovechando que hoy ha llovido bastante, denunciar el estado de las aceras de Tudela. ¿Pasean ustedes por la ciudad? Si lo hacen, hoy tendrán que convenir conmigo en lo dificultoso de efectuarlo sin mojarse los bajos de los pantalones. Hay cantidad de adoquines y baldosas sueltas que, al pisarlas, hacen saltar el agua sucia del suelo para enojo de nuestras esposas, madres, compañeras o de quien se encargue de lavar las prendas. Aparte del incordio de mojarnos zapatos y calcetines. ¡Por favor!, que alguien arregle esto porque, aparte de lo apuntado, existe riesgo serio de tropezarse en alguna baldosa suelta y caer al suelo.

Si a lo anterior añadimos la poca educación de algunos conductores, que estacionan donde mejor les parece, concluiremos que la ciudad, para los peatones, no es nada amable. Hay coches en cualquier sitio: zonas excluidas al tráfico, zonas prohibidas, pasos de peatones, rotondas e incluso sobre las aceras. Hay lugares y momentos en que los peatones deben bajarse de las aceras, no digamos nada si se trata de personas en sillas de ruedas o con silletas de bebé.

A todo esto, ustedes igual que yo habrán observado el poco caso que hacen los Policías Locales, quienes miran para otro lado, no cumplen con su obligación para, supongo, no  enfrentarse a los infractores. Ruego a los responsables de tal caos pongan desaguisado a este desaguisado.