Dos meses de recursos, de reclamaciones, de peticiones de información, de dolores de cabeza y de incertidumbre. Eso ha pasado el CD Cabanillas, que, pese a remover cielo y tierra para quedarse con una plaza en Regional Preferente, deberá acatar el fallo del Comité de Justicia Deportiva de Navarra y ver cómo el Aurrera de Leitza accede a Preferente mientras ellos jugarán en Primera Regional. Ahora, intentarán regresar a su lugar en el césped, jugando a fútbol, lo que mejor saben hacer. No puede presumir de esa virtud una Federación Navarra de Fútbol que ha actuado conforme a ambiguas normativas y con una parsimonia impropia de un organismo de su condición.
