Durante estos días, por el hospital Reina Sofía de Tudela “circulan” unas hojas de recogida de firmas entre los usuarios y ciudadanos en general, en las que se reclama a la Administración foral que dote a este centro sanitario de camas articuladas, como las que ya existen en el resto de los hospitales de la red pública navarra. Con estas camas se facilitaría no sólo la labor de los profesionales, sino también la de las familias de los enfermos. Puede parecer una petición “frívola” si tenemos en cuenta que en el Reina Sofía quedan otros asuntos pendientes de más magnitud y trascendencia, como darle utilidad a la quinta planta, que ahora sirve de almacén. El hospital de Tudela debe dar un salto hacia el futuro y ofrecer un servicio más completo a un ciudadano que ingresa en las arcas forales los mismos impuestos que cualquier vecino de Pamplona. El asunto de las camas es sólo la punta de un iceberg que el PSN se ha encargado de descubrir estos días. Los indicadores sanitarios de la Ribera revelan que la situación es pésima y que cuando se habla de la excelente sanidad navarra, se está mintiendo. Eso sí, muy buenos profesionales, los tenemos en la Ribera. Apoyémosles con recursos a su altura y traigamos a este hospital nuevos servicios.
