Opinión

Al señor Santi Lorente, sobre la carta pública a la ministra de Defensa

En el número 761 de Plaza Nueva se publicó una carta firmada por Santi Lorente titulada “Carta Pública a la ministra Carme Chacón”.

Después de leerla varias veces y de meditar sobre lo que personalmente entiendo contiene, quisiera aportar mi modesta opinión teniendo en cuenta que no me hace ni pizca de gracia tener el Polígono de Tiro tan cerca de donde vivo y que no pertenezco a la Comunidad de Bardenas ni nada por el estilo.

Hacía tiempo que no escuchaba este discurso que a mi parecer pertenece a épocas pretéritas. La terminología empleada estaba muy de moda cuando yo era niño, pero actualmente está pasada, huele a rancio y creo que es hora de superarla por la sencilla razón de que ya cansa el mismo soniquete tan vacío de contenido y alejado de la realidad que vivimos la mayoría.

Intuyo que detrás de la dureza de la carta que nos ocupa se esconde un odio visceral, profundo y que de verdad, ni entiendo ni comparto. Además, ¿alguien con un mínimo de sensatez puede tragarse la milonga de que el ejército de hoy es el mismo que el de hace más de 30 años? Yo desde luego que no.

Hay que ver cómo les gusta a la mayoría de entidades afines a determinada tendencia “política eusconacionalista”, hacer uso del término fascista. Y no nos engañemos, ¡qué fácil es señalar en la actualidad con semejante epíteto de tan infausto recuerdo en la historia! ¡qué fácil es propalar rumores falsos que a fuerza de repetirse se convierten en verdad popular! ¡qué fácil es ser demagógico haciendo apología de baratillo!

Quiero decirle al señor Santi Lorente que estoy más que harto de esas personas a las que se les llena la boca con un falso pacifismo. Personas que hablan de un mundo sin guerras, que acusan a otros de permitir el entrenamiento de aviones de la OTAN que tienen “la orden de matar, asesinar y aniquilar a niños, mujeres, familias y Pueblos enteros en cualquier parte del Mundo” pero que son incapaces de pronunciar una sola palabra en contra del asesinato vil y cobarde de un guardia civil, su esposa y sus hijos o de un concejal de otra ideología que no sea la suya. Personas que cuando escriben cartas lo hacen desde el insulto, la prepotencia y la animadversión; como ocurre en este caso. Personas que amparadas en el derecho a la libertad de expresión contemplada y recogida por esa Constitución que tanto desprecian, niegan lo mismo a quienes pensamos diferente. Personas que sí obran como lo hacía el fascismo: con matonismo.

Señor Santi Lorente, le ruego que por favor tenga la bondad de dejarnos en paz con su manido discurso, tan enmohecido, tan rancio y tan alejado de la realidad de la mayoría de las personas (vuelvo a repetir). Creo que debe superar y admitir de una vez que Franco murió hace muchos años (1975). Que no nos interesan sus historias porque sabemos que detrás de todo lo que dice se esconde la manipulación y el odio. Que la mayoría, una amplísima mayoría de ciudadanos estamos hasta la coronilla de usted y de otros semejantes a usted. Que queremos vivir en paz. Que nuestras preocupaciones reales son otras en las que usted y otros como usted muestran un silencio más que discreto. Que no somos tontos y que nos damos cuenta de que rebosan odio por los cuatro costados y que esto les descubre y por supuesto, les desautoriza.