Opinión

Ahora hago, ahora deshago

El pavimento de la Plaza de los Fueros y de la calle Carrera va a tener que levantarse en su totalidad, muy a pesar de las quejas de los sufridos comerciantes y de los ciudadanos que frecuentan esta zona, y que están en su derecho de protestar y hasta, ¡quién sabe!, de pedir una indemnización por daños y perjuicios. En la política de Urbanismo tudelana de los últimos tiempos, del hago y deshago, la concejal de Urbanismo, Sra. Mariví Castillo, ha salido indemne de un cúmulo de errores y despropósitos, respaldada por un alcalde, Luis Casado, que o tiene una venda en los ojos o no encuentra un buen recambio para apear de la cartera a la susodicha (Sr. Casado, fíjese en el caso del Sr. consejero de Bienestar Social).

La empresa adjudicataria de las obras y la dirección, tal vez tengan responsabilidad (lo dirá el Juez), pero no nos cabe duda de que el Ayuntamiento también es copartícipe del deber de haber vigilado una obra polémica y difícil desde sus inicios, porque ¿para qué sirve sino el Departamento de Urbanismo Municipal? Para más inri, Castillo, no haciendo buena la célebre frase de Carrillo “En la política, uno se equivoca o acierta, pero no cabe el arrepentimiento”, salta, tan fresca, en rueda de prensa, que “a partir de ahora el Ayuntamiento va a tener que fiscalizar absolutamente todas las obras” -osea, se arrepiente de no haberlo hecho antes, cuando se lo pedía por activa y por pasiva una oposición que ahora, a un año de las elecciones, ya no le pide que dimita, sino que le exige “que se quede hasta el último momento, para intentar dejarnos -dice el PSN- la herencia, lo menos peor posible”, ya que Tudela y los tudelanos ahí seguimos, a la espera de tres obras problemáticas.