Opinión

A un mandatario de sonoro apellido alemán

Si tienes dinero o la suerte de disfrutar de un digno y bien pagado trabajo, de modo y manera que puedes mantener a tu/s hijo/a/os/as, estudiando en una Universidad que dista de tu domicilio, que es el suyo, unos 90, 95, ó 100 kilómetros, él, ella, ellos/as podrán continuar avanzando en su preparación universitaria aprobando con un 5.



Si, por el contrario, tu situación económica se encuentra localizada en determinado umbral, y por ello, se convierte en necesaria la ayuda de una beca para que tu hijo/a/os/as puedan continuar estudiando en la citada Universidad, el aprobado se sitúa en el 6,5.



Es decir, para el pudiente, un 5. Para el que no lo es, un 6,5. Y es el propio ministro de Educación quien hace tal planteamiento.



Es posible que el ministro no sepa lo que cuesta el alojamiento de un universitario a 100 kilómetros de su domicilio familiar. Puede ser que nunca haya tenido que contabilizar su manutención. Si esto es así, el ministro no está capacitado para dirigir la política educativa de ninguna comunidad de vecinos.



Ahora bien, si conociendo estas contabilidades, mantiene la postura inicial, entonces es tonto, o, lo que es casi peor, es un malvado discriminador por criterio económico, un personaje inconstitucional.



Inaceptable. Impresentable.



Hay que salir a la calle

y responder. A ver si nos enteramos.