Opinión

¿A qué se dedicará el campo en el futuro?

Las cuestiones no razonables no son posibles mantenerlas en el tiempo. La política de subvenciones agrarias que tantos años ha gravado al presupuesto europeo hace ya tiempo que se decidió reducir, ya que no se puede pagar por productos excedentarios.

Por otro lado, vemos como la dependencia energética europea es alarmante, dependemos tanto de Rusia como de Argel en lo que respecta al gas, petróleo apenas producimos y lo pagamos cada vez más caro. Nos es urgente y necesario, que busquemos en serio soluciones a largo plazo, y pongamos soluciones incluso a corto plazo. En España la situación es más dramática todavía puesto que somos el país europeo con mayor dependencia energética exterior, hasta un 70% de lo que consumimos viene de fuera: por lo que o apostamos por más energías renovables, con sus ventajas y sus limitaciones en los momentos claves; o potenciamos un menor consumo, trabajando en la concienciación de los consumidores, y consiguiendo ahorro energético significativo; o como no se debe limitar el crecimiento, deberíamos apostar por contar también con la energía nuclear, que es más barata hasta que se encuentren otras alternativas, como apunta el Profesor Velarde.

En cualquier caso el campo europeo y español, necesita una reconversión que suponga el adentrarnos en la llamada Agricultura Energética, que está logrando poco a poco un cambio radical de muchas rentas agrarias hasta ahora centradas en la agricultura subvencionada. Hoy el elemento central a destacar, es que vemos como tanto Brasil como EE. UU. se están dedicando a producir a gran escala etanol, como elemento sustitutivo del petróleo, procesándolo a partir tanto del maíz como de la caña de azúcar. Cada vez son mayor el número de hectáreas dedicadas a estos cultivos. En Europa la apuesta de paliar el déficit energético es sustituir el petróleo por medio del biodiesel, para lo que es necesario reconducir la producción agrícola para una parte sea suministradora de materias primas para plantas de producción de Biodiesel, o como suministradores de forrajes para las Plantas de Biomasa en su caso, para producir energía eléctrica. También desde los excedentes del vino se puede producir etanol.

Todo ello nos anima a soñar con que la actividad de cultivar nuestros campos no sea a medio plazo un recuerdo de tiempos pasados, sino que tenga futuro, aumente el precio de la tierra, se adecue esta para que por medio de la concentración contemos con parcelas con dimensiones adecuadas a las necesidades de los nuevos cultivos. Por supuesto que hay que continuar con las actividades tradicionales que tengan rentabilidad en los mercados, cada vez más globales y competidos. Siguen teniendo mucho recorrido nuestras verduras, todo el sector de las nuevas versiones de platos cocinados listos para microondas, de cuarta y quinta gama. La gran recuperación histórica, que supone el aceite de oliva en la Ribera, y por supuesto todo el que cuente con un buen hacer en el sector vitivinícola apoyado por marcas reconocidas de los vinos.