Opinión

A propósito de la inauguración de nuestra Catedral

Hace pocos días, con motivo del puente Foral, observamos el desplazamiento de numerosos navarros a Tudela con motivo de la reciente inauguración de la Catedral. Cuestión que nos dio alegría, por aquello de que parece ser que, por fin, Tudela no está tan lejos del resto de la provincia, más aún, cuando todavía se sigue pagando, después de más de 25 años, la A-15.

Nos encontramos con varios conocidos desplazados de la vieja Iruña, los cuales nos hicieron saber su satisfacción por la restauración de nuestra Seo, pero, al mismo tiempo, me indicaron su preocupación por la actual situación de semi abandono de bastantes zonas del Casco Viejo Tudelano.

Por tal motivo, días más tarde, nos adentramos por las estrechas calles de este enclave para tomar conciencia de tal deterioro. Al final de nuestro recorrido, concluimos en que la recuperación del Casco Viejo como espacio de habitabilidad, recreo y turismo es una necesidad urgente. Nos parece que la actuación urbanística en este barrio debería ser inmediata, a través de fondos europeos, ayudas públicas forales o municipales. Buscando donde haya, basta fijarnos en inversiones como el Baluarte, Centenario de San Francisco Javier, etc.

No sé si con buen criterio, pero nuestra administración municipal se esfuerza en priorizar macrobarrios como Gardachales, Queiles y, ahora, Eco Citys que, a nuestro entender, supondrán un claro encarecimiento del nivel de vida en esta ciudad y, por tanto, una merma en el poder adquisitivo de tudelanos y tudelanas. Macroeventos que hacen olvidar necesidades primarias de zonas habitadas y de gran relieve histórico como es la parte vieja tudelana.

Entendemos que esta necesidad de actuación en el Casco Viejo debe empezar por recuperar casas, iglesias y solares. Ornamentar plazas y rincones. Iluminar las calles. Plantar árboles, diseñar jardines, dirigir a viandantes y automóviles. Promocionar comercios y servicios. En definitiva, hacer más habitable esta parte de Tudela, quizá la “vieja”, pero la de siempre. La de tascas y tertulias, la de mercados y palacios, la del Ayuntamiento. La de Peñas, Sociedades y conventos, la de Gaita Jota y Revoltosa, la de nuestros padres, la única que se puede visitar. Esa también es nuestra Tudela.