Opinión

7 veces NO

El pasado día dos, en un acto organizado por el PSN-PSOE en Burlada, por casualidad celebrado en la misma casa de cultura en que días antes se reunió Batasuna con el consentimiento del PSN que gobierna la localidad, en el que participó el ministro del interior Pérez Rubalcaba, éste afirmó que “si alguien plantea la unión Navarra-Euskadi diremos 7 veces no”.

Que un declarado laicista del gobierno Zapatero utilice la simbología del número siete, tan arraigada en las religiones judía y cristiana, para referirse a la anexión de Navarra, no puede por menos que llamarnos la atención. Imagino que fue fruto de la casualidad o que su formación católica, ahora desdeñada, le jugó una mala pasada e hizo aflorar a su mente el recuerdo del evangelio de San Mateo: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.

El origen de la importancia y significación del número siete estaba en la observación de las cuatro fases de la luna, que duran cada una de ellas siete días. El número siete se asociaba a un período completo, acabado. El orden del tiempo estaba basado en el siete: el sábado, día sagrado, llegaba cada siete días. El candelabro del Templo tenía siete brazos. El verbo hebreo “jurar” significa literalmente “sietearse”. Hacer algo siete veces significa hacerlo completamente, en su plenitud y totalidad. “Setenta veces siete”, refuerza más esta idea y quiere decir siempre, a pesar de todo.

Con la pomposidad de la expresión y en el fragor de su alocución Rubalcaba quiso transmitir a la opinión pública que el PSN-PSOE diría no a una integración de Navarra en Euskadi, en todos los foros institucionales que se debatiera. Añadiendo, por otro lado, que no hay fuerza que pueda imponer a Navarra un estatus jurídico que no quiera; la consabida frase de que Navarra será lo que quieran los navarros. Al mismo tiempo entendía que debe existir una colaboración entre comunidades limítrofes pero omitió, interesadamente, hablar del órgano común. De nuevo más ambigüedad y demagogia. Los navarros no necesitan que el PSN diga siete o setenta veces no, con que lo diga una sola vez basta. Recordemos que para iniciar el proceso de integración, mientras no se derogue la transitoria cuarta de la Constitución, sólo se necesita el voto afirmativo de la mayoría de los miembros del parlamento de Navarra. Por eso, con decir no en el parlamento navarro sobra, la puerta se cierra a cualquier otro ámbito de decisión. UPN garantiza su rechazo, con su voto negativo, a cualquier intento de iniciar el proceso de integración en el País Vasco, si el PSN hace lo mismo todos deberíamos estar tranquilos.

Pero he ahí la duda metódica y existencial, en un acto de fe hay que creerse lo que dice tratándose de quien lo dice. Rubalcaba negó setenta veces siete la existencia de los GAL. De los escarmentados nacen los aprendidos. En este asunto, como en tantos otros, reina la desconfianza y la incredulidad. Llevan tanto tiempo mintiendo a la sociedad que ahora resulta imposible creerles. En Navarra el PSN gobierna en seis ayuntamientos, con los votos de partidos nacionalistas que no quieren el estatus actual de Navarra. Podían haber puesto en práctica su “siete veces no” en lugar de justificar su acceso al poder. Ya hemos podido comprobar el precio que hay que pagar a los nacionalistas: euskaldunización general de la sociedad y la cultura, vía adoctrinamiento impositivo. Amén de otras exquisiteces de índole económico y organizativo. Cataluña y Galicia son otro claro ejemplo de los intereses generales que mueven al PSOE en defensa de la unidad de España. Lo que nos conduce a pensar que con Navarra, si se les da la oportunidad, harán exactamente lo mismo.