Opinión

Fitero, punto sin retorno

Fitero podría haber entrado en una fase de punto sin retorno tras 45 años de gobiernos de UPN, carente de proyecto a nivel local. En consecuencia y por culpa de nuestros gobernantes, el pueblo carece de herramientas con las que defenderse de cara al futuro.

Algunos fiteranos y fiteranas, a falta de autocrítica y con sobra de desmemoria, abusan de la izquierdafobia y culpan a la inmigración de todos los males locales (que estaban presentes antes de la llegada de migrantes). 

Es evidente que a Fitero le falta el pulso político que prometía inyectar su alcalde Miguel Aguirre, que no justifica el sueldo que se embolsa porque con su inacción va camino de hacer bueno al exsenador y exalcalde Pachi Yanguas. 

El Ayuntamiento de Fitero sigue ejerciendo exclusivamente como promotor de festejos populares en vez de convertirse en una plataforma que trabaje en favor de la industria, la vivienda o la demografía, que son rangos en los que seguimos a la cola de la Ribera.

Algunos llevamos más de 10 años predicando en el desierto frente a UPN, que en 2014 justificaba el nuevo cuartel de la Guardia Civil afirmando que iba a traer seguridad, ¡ja! El proyecto, tal y como preveíamos, simplemente no ha robado un espacio que podría haber servido como sede del nuevo consultorio médico. 

¿Qué hacer? Seguir denunciando la deriva institucional a nivel local y organizarse de cara al futuro para volver a articular un proyecto ilusionante para que al menos, tal y como ocurrió entre 2015 y 2019, el equipo de Gobierno se vea empujado a seguir el son la de la música que le marque la mayoría silenciosa que está harta de la situación a la que algunos supuestos 'fiteranistas' están arrastrando a Fitero.

Pedro Pérez Bozal es fundador de la Agrupación Fiterana Independiente, exconcejal de Hacienda e Industria del Ayuntamiento de Fitero, y autor de 'Fitero Comanche'.