Opinión

Volverán los oscuros dípteros

Y sí, llegó el verano. Y con él, el helado de Pitufo, los refrescos con bien de hielos, las fiestas de los pueblos, el "Paco, el año que viene nos compramos aire acondicionado", las siestas soberanas, las noches a la fresca y las moscas. Moscas, verdes o negras, tábanos, mosquitos... inundan cada rincón sin brisa, ávidos de humanos aletargados. Molestan incordian, no temen a la muerte, se burlan de nuestros intentos fallidos por vencerlas. Y si mueren, ya vendrán otras. Roll-on anti picaduras e insecticidas derrochan protagonismo. Los juramentos se multiplican. 

Con el verano también llegan los murciélagos y las golondrinas. Me gustaría que durante estos meses, tenga presente lo sabia que es la naturaleza. Y si usted tiene la tremenda suerte de que una pareja elija su alero para anidar, no los maldiga, y por favor no lo destruya. Aparte del remarque del estoico viaje migratorio, digno de un oro Olímpico, regulan la población de los ya mencionados insectos estivales. Sea sabio, la buena obra del verano está en su mano, y si no lo hace por ellas, piense en la Sagrada siesta y en los 850 insectos que cada ejemplar come al día.