Opinión

A vueltas con la NA-6900

La turné del consejero de Cohesión Territorial de Gobierno de Navarra para explicar el nuevo plan de carreteras comenzó en Tudela el pasado día 16 de mayo. Una reunión convocada a las nueve de la mañana y, todo hay que decirlo, con una asistencia pírrica. Tras una introducción irreprochable en la que se nos informó que a la hora de ejecutar los proyectos se tendrían en cuenta realidades como el reto demográfico, el turismo y la reactivación económica de los entornos afectados por alguno de los proyectos, empezaron las gráficas, los esquemas, la justificación de la necesidad de los peajes para ciertos vehículos y la argumentación, que desde el principio sonó a excusa, que hay que priorizar el estado de bienestar. 

Si los criterios con los que se nos presentó el plan eran las claves para afrontar los proyectos expuestos, el proyecto de la NA-6900 tendría que empezar a ejecutarse inminentemente. Tenemos todas las papeletas. Pero mi pregunta final tuvo una respuesta distinta a los criterios con los que se abrió la reunión: “primarán los criterios de seguridad”. Por lo tanto, el inicio de la reunión fue pura retórica. 

A lo largo de esta legislatura hemos realizado, a través del grupo parlamentario de NA+ en el parlamento, cinco preguntas, solicitamos una visita a la carretera de miembros del parlamento foral (2020) y la participación en una reunión de la comisión parlamentaria de cohesión territorial (2021). En aquella comparecencia, en enero del año pasado, ya dije, para sonrojo de algunos y regocijo del resto, que tampoco se ejecutó anteriormente con otros partidos en el gobierno. Todos los portavoces parlamentarios entendieron nuestra argumentación y, con matices, defendieron la necesidad de abordar el proyecto. Unos con mayor urgencia que otros. El año pasado remitimos una carta al consejero pidiéndole que, por favor, contemplase el proyecto en los Presupuestos Generales de Navarra. 

La seguridad, nadie lo pone en duda, debe ser un criterio esencial.  Pero si además queremos apostar realmente por la reactivación una zona gravemente afectada por la amenaza demográfica, si queremos apostar por los nuevos modelos de turismo, si queremos apoyar al primer complejo hotelero de toda Navarra, principal motor económico de la zona y sin duda de Fitero, la NA-6900 debe dejar de ser una promesa incumplida para ser un proyecto de ejecución inmediata. Los empresarios de nuestro polígono industrial lo reclaman a voces. Los incidentes en dicha vía son demasiado frecuentes y los accidentes lamentables. 

Pronto se cumplirá un año de la revisión del proyecto, en la que participé con el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Fitero, Jesús Jiménez, y varios técnicos del departamento. Allí propusimos diferentes alternativas al proyecto original para “poder abaratarlo” y les informamos que había que extraer del proyecto todo lo referente a la conexión de aguas del polígono con la depuradora, y que se contemplaba en el proyecto original, pues ya lo afronta el Ayuntamiento de Fitero junto a NILSA, aunque las obras llevan un retraso de dos años. 

Fitero no puede esperar. Ni puede, ni debe, ni quiere esperar más. El proyecto de la NA-6900 es vital para Fitero y lo vamos a seguir defendiendo y reclamando.