La Mancomunidad ha cambiado en Tudela los contenedores de basura. Ha reemplazado los clásicos recipientes azules, amarillos y verdes por unos nuevos y más voluminosos envases que permiten la denominada "carga lateral", es decir, que la recogida se simplifica a través de un camión y una única persona, en lugar de las tres necesarias hasta ahora. Hasta aquí, perfecto.
El problema comienza cuando, en la práctica, los nuevos envases han perdido por completo el sentido práctico que estos tuvieron.
Los nuevos ocupan más espacio y, junto al pedal necesario para el verde, se han eliminado unas cuantas plazas de aparcamiento. Y, aunque se haya reducido el número de puntos de depósito, es algo que la ciudad no se puede ni debe permitir.
Por otro lado, el indicativo de color, si bien es elegante, y hasta de diseño si se desea, induce a confusión y, lo que es aún peor, el reducido tamaño de las bocas de estos nuevos y elegantes recipientes complica sobremanera el reciclaje, porque quien separa debidamente la basura en casa, el comercio o la empresa, se encuentra con un dilema a la hora de vaciar las cajas o bolsas en las que ha separado los materiales y desperdicios sujetos a reciclaje. ¡No son prácticos!
Sin duda se han diseñado pensando en dejar claro a quien recicla poco dónde va cada cosa, pero se ha dado un paso atrás, y antes de extender a toda la Ribera estos nuevos contenedores, bien se podrían rectificar estos obvios errores que todo el mundo está comentando estos días en Tudela.
