Opinión

Pedir perdón

Nos reímos poco para las sandeces que estamos soportando permanentemente. Las majaderías campan a sus anchas y, como desgraciadamente hemos perdido el sentido del humor, -y lo que es peor, el rubor ante lo chabacano-, soportamos estóicamente lo que nos echan.Cada 12 de octubre vienen los puristas reclamando que España pida perdón por el daño infringido a los indígenas durante la “conquista”, queriendo blanquear así el pundonor por lo que se hizo de mal hace 500 años. ¡Y se equivocan! ¡Esas culpas ya no son nuestras! Indígenas, pueblos y territorios merecen todo nuestro respeto y consideración, pero no es cosa nuestra recuperar lo perdido o aquello que faltó...

A ver, ya puestos, deberíamos reclamar a Roma que nuestros caminos perdieran su virginidad natural por sus calzadas y ambiciones made in Mare Nostrum. Vikingos y otras hordas deberían disculpar su mala costumbre de mestizarse y teñirnos de rubio. Y ya puestos, los moriscos deberían pedir perdón por sacarnos de la sana alimentación céltica basada en nueces, bellotas y otras viandas, en lugar de ordenar nuestros ríos y enseñarnos a regar.

Esos moros malditos deben expiarse también por habernos traído verduras como la alcachofa, ese ‘pincho de la tierra’ que restó importancia a nuestras pócimas gastronómicas caseras... ¡Y ya puestos! Nuestros ancestros de Atapuerca deberían perdonarse sacarnos de las cavernas y escuchar tanto tonto en la tele todos los días.