Las permanentes ideas, ocurrencias y chorradas supinas a las que nos someten nuestros políticos en materia de vivienda nos tienen absolutamente despistados sobre la materia.
Se habla de avalar la compra de vivienda a los jóvenes; limitar el precio de los alquileres; “someter a control las zonas tensionadas”, -que nadie sabe qué quiere decir-; poner topes a los precios de compraventa y a los del alquiler; y un sinfín de improperios intelectuales que pasan desapercibidos entre las pantallas y los pantallazos del día y además de sólo suponer ruido, nos despistan a todos. Hasta nos convencen de que el día es noche y la chiripa solución.
Sin embargo, hay otros caminos que se pueden y deben emprender, y más nos vale empezar por ellos cuanto antes, porque la materia se está complicando por momentos para compradores, alquiladores, constructores, vendedores, jóvenes y todo tipo de implicados, símplemente por querer regularlo todo. Controlarlo todo hasta el absurdo. Impidiendo así que el libre albedrío, con un mínimo control y reglas básicas y estrictas modulen y ajusten razonablemente la realidad.
En Países Bajos, por ejemplo, han planteado un descuento en el alquiler para jóvenes que se muden con personas mayores para combatir la soledad. Es sólo una idea por la que empezar.
