La Navidad es lo que las personas son.
Si se pudieran embotellar los diferentes sentimientos de todas las personas en Navidad la botella estallaría, sin duda alguna, en una amalgama de formas de entenderla: Fiesta, Nostalgia, Tristeza, Obligaciones, Alegría, Ilusión, Familia… y hasta Odio, más todos los clichés que existen, pues no todas las personas sienten lo mismo ante estas fechas.
Época del año que más une, la que tiene mayor carga emocional e ideal para potenciar algunos valores. Época perfecta para renacer cada año, crecer y madurar. Dormir tranquilo y despertar con ilusiones…Hoy en día, tal y como está todo, eso es una utopía porque solo vemos un mundo injusto y desigual.
Solo las personas con sus actitudes, experiencias, vivencias, problemas, etc., la definen y son capaces de que suceda de una forma u otra.
Tenemos que aprender a disfrutar cada momento cuando llega de la mejor manera posible porque el tiempo va a una velocidad vertiginosa y mañana puede ser demasiado tarde. Como si no te apetece disfrutarlas y solo quieres que pasen como otro día cualquiera, da igual lo que hagas con ella, con tal de que lo hagas sin hacer daño a nadie y que la maldad no esté presente.
La Navidad, como digo, es lo que las personas son, así que, rodéate de las que hagan sonreír a tus vísceras, las que tengan un don mágico, las buenas de verdad, esas que consiguen desnudar tu personalidad sin hacer nada y desecha las que no te hacen sentir cómoda.
La mejor Navidad que podemos tener es entregar lo mejor que tenemos fomentando bienestar en los demás y eso solo lo da la libertad de decidir que no estás atado ni al odio ni al resentimiento.
Y durante el resto del año no bajes la guardia porque entonces todo lo que hagas de bueno en Navidad no te sirve para nada.
Perdona y olvida para volver a construir y genera tú mismo ilusión a tu alrededor. Feliz Navidad para todos.
